Todas las hadas del reino

Camelia es una de las siete hadas que decidieron convertirse en madrinas para ayudar a los humanos a cumplir sus deseos gracias a su magia. de sus compañeras, es la más organizada, la más capaz, la que más índice de buenos resultados obtiene y la más trabajadora, lo que implica, a su vez, que es la que más ahijados tiene a su cargo, pues es incapaz de negarle su ayuda a nadie. Su abnegación y su afán de ayudar a sus protegidos hace que apenas pueda dormir, que esté constantemente cansada y al borde del colapso, pero aun así, no puede evitar aceptar el encargo de una de sus compañeras. Resulta que el ahijado de Orquídea, Simón, se ha enamorado de la princesa Asteria, siendo él poco menos que un caballerizo encargado de las cuadras de la realeza. Camelia ya ha tenido éxito logrando que alguien del pueblo terminara casado con alguien de la familia real (su último ahijado, sin ir más lejos), por lo que Orquídea confía en que también será capaz de llevar a buen término este romance que, en principio, parece abocado al fracaso. Incapaz de negarle a nadie que lo necesite su magia, Camelia acoge a Simón bajo su seno, pese a que le faltan horas al día para atender a todos sus protegidos, y se pondrá manos a la obra para lograr que la princesa Asteria se fije en él. No obstante, de todos los niños a su cargo el deseo de Simón es, con diferencia, el más complicado de cumplir, por lo que, sin apenas darse cuenta, volcará todos sus esfuerzos en este y en su amor imposible, dejando de lado sin pretenderlo al resto de sus ahijados. Lo que comenzará como un reto para el hada madrina, irá drenándola poco a poco hasta llegar a un punto de no retorno en el que su vida cambiará para siempre.

Desde que se convirtió en hada madrina, Camelia se ha dedicado en cuerpo y alma a sus protegidos. Incluso cuando sus deseos eran casi imposibles de realizar o eran ciertamente cuestionables, ella se ha mantenido inquebrantable a su lado, alentándolos, ayudándolos a crecer y madurar y, por supuesto, poniendo su magia a su servicio para hacerlos felices. Hasta ahora, nunca ha fallado en su cometido y eso le ha dado fama de ser una de las mejores, por su resiliencia, entrega y tesón. Aunque se siente agotada porque las diferentes situaciones de sus ahijados actuales son bastante complicadas y apenas tiene tiempo de respirar, cuando su amiga y madrina Orquídea le pida ayuda para su protegido Simón, Camelia no puede negarse. El joven caballerizo se ha enamorado de una princesa y ese enamoramiento tiene todas las papeletas para acabar en un corazón roto, pero la propia Camelia ya ha tenido éxito con anterioridad en esta clase de romances, por lo que decide aceptar a Simón bajo sus alas y ayudarle en lo posible. Sin embargo, la complejidad de este último deseo superará con creces las habilidades de Camelia, quien deberá preparar un minucioso plan para llevar a cabo el encuentro entre Simón y su amada Asteria, por lo que sin percatarse de ello, descuidará al resto de sus protegidos, lo que provocará malentendidos, despistes constantes por parte de la siempre infalible hada madrina y, en última instancia, el inevitable debilitamiento del vínculo que mantiene con ellos.

Simón es un muchacho de corazón noble y bueno que trabaja en las caballerizas reales de Vestur. Es el encargado de cuidar y mantener en buen estado los caballos de la princesa Asteria y de su hermana menor Delfina, por lo que, pese a apenas tener contacto con las mismas, se ha quedado completamente prendado de Asteria. Sabe que su amor es imposible porque alguien de la realeza jamás se fijaría en alguien como él, por eso está dispuesto a hacer lo que sea para que Asteria sepa de su existencia. Junto a su hada madrina, seguirá a rajatabla sus consejos y sus planes en pos de conquistar a la princesa y no se dejará vencer por la desolación. No obstante, los propios deseos de Asteria hacen que todo se dificulte aún más. La princesa ha expresado su negativa a casarse con nadie (sea noble o plebeyo); no quiere saber nada de matrimonios y no tiene ninguna intención de involucrarse románticamente con nadie. Camelia, sabiendo que esto hace que Simón tenga aún menos posibilidades, consigue, muy a su pesar, que Asteria ponga en marcha una queste para que cualquier hombre que quiera su mano pueda participar. La prueba de valor consiste en encontrar el Espejo Vidente, un objeto mágico que permite ver cualquier cosa y que es muy difícil de conseguir. Asteria cree que, de esta forma, evitará el matrimonio porque está convencida de que nadie, por muy valiente que sea, logrará hacerse con el Espejo. Pero Simón, alentado por esta oportunidad de convertirse en pretendiente sin importar su clase social y por el hecho de contar con la ayuda de su hada madrina, no se dejará persuadir por lo complicado de la misión y se lanzará de cabeza a buscar el objeto mágico pese a las advertencias de Camelia, que conoce no solo el Espejo, sino también su ubicación y, por lo tanto, el peligro mortal que esconde esta misión. Simón es un personaje que me cayó mal la primera vez que leí el libro y al que no he vuelto a soportar en esta relectura. Su enamoramiento por Asteria no tiene fundamento ninguno dado que no la conoce, más allá de contemplarla a lo lejos cuando la princesa acude a por su caballo. Se ha encaprichado de ella por su aspecto físico y por la visión idealizada que tiene de la misma, pero no sabe cuál es su verdadera personalidad detrás de su fachada de princesa, ni cuáles son sus gustos, su forma de pensar, nada. Está prendado de un espejismo y, aun así, está dispuesto incluso a morir por Asteria. Entiendo que es un adolescente y que siendo su primer amor, este le haya afectado con tanta intensidad, pero es que en ningún momento se para a pensar realmente acerca de sus sentimientos y de si tienen o no fundamento. Incluso aun teniendo a Camelia a su lado, quien intenta infundirle un poco de sensatez y explicarle que su deseo no es tan fácil de cumplir y que debería bajar los pies a la tierra, Simón apenas la escucha y los únicos consejos que acepta de su madrina son aquellos que le acercan más a su objetivo.

Tampoco he entendido muy bien la actitud de Camelia con respecto a este ahijado. Si bien su cometido principal es cumplir los deseos de los humanos a su cargo, también lo es, en cierto modo, educarlos y hacerles entender que la magia no lo puede todo y que algunas de sus peticiones no son en absoluto razonables: en definitiva, ayudarles a cumplir sus objetivos pero siempre desde una perspectiva cabal y que les haga crecer como personas. Sin embargo, toda esa racionalidad que muestra con los demás, desaparece desde el principio con Simón. Aun sabiendo que lo que siente por Asteria es un capricho y nada más, hace todo lo posible por ayudarle a conseguir su amor por un deseo totalmente egoísta que, además, ignora por completo los sentimientos de la propia princesa. Asteria no quiere marido, solo una vida tranquila en la que poder elegir de quien enamorarse, pero Camelia no duda en ignorar este hecho para ofrecérsela en bandeja a su ahijado y forzar encuentros entre ellos. Sí, es cierto que intenta disuadirle en diversas ocasiones y se esfuerza en hacerle entrar en razón, pero el problema de Simón no es un problema real: no es como si fuera un amor imposible porque ambos se quieren pero no pueden estar juntos por haber nacido en estratos sociales diferentes; no, simplemente es un plebeyo que se ha "enamorado" de una princesa a la que no conoce de nada por su atractivo físico y su amabilidad. Por eso era un poco frustrante la actitud complaciente de Camelia porque al resto de ahijados los ayudaba de una forma razonable al tiempo que les inculcaba un poco de sensatez y les educaba sobre las consecuencias de sus actos y sus deseos; sin embargo, en el caso de Simón atiende sus súplicas sin pararse a valorar realmente el egoísmo del mismo y, como he comentado más arriba, ignorando por completo los sentimientos de Asteria.

Todo esto deriva en un cambio radical que se da en los personajes y su dinámica más o menos en la mitad, por lo que pasamos de un cuento de hadas a una historia de brujas (literalmente). Este cambio me gustó mucho porque le da un giro inesperado a la novela que la vuelve mucho más oscura y compleja. No obstante, el motivo por el que ocurre me parece absurdo y, una vez más, carente de fundamentos. A lo largo del libro hay argumentos mucho más fuertes y válidos que pueden justificar perfectamente que se produzca este giro y que, de hecho, no solo la historia se mantendría igual, sino que tendría mucho más sentido que se produjera de esta forma. Sin embargo, la autora decide abogar por el sentimentalismo y unas emociones surgidas de la nada entre dos personajes con una diferencia tanto en la edad como en la mentalidad abrumadora que, desde un punto de vista racional, debería haber impedido el surgir de ciertos sentimientos. Como digo, este giro da pie al resto del libro, por lo que la segunda parte no la disfruté especialmente dado que está basada en las consecuencias del mismo. Como he comentado, esta segunda mitad tiene un tono bastante más oscuro y siniestro donde además de hadas madrinas entran brujas en acción y donde se nos presenta un nuevo personaje que será clave a partir de este instante.

Por otro lado, he echado en falta que las compañeras de Camelia tuvieran más presencia. A pesar de que las hadas madrinas se reúnen una vez cada siete años y parecen estar bastante unidas, a la hora de la verdad son muy individualistas y cada una lleva su carga con sus protegidos sola y como puede. Habría sido interesante ver un poco más de sororidad entre ellas y que cuando alguna tuviera un problema especialmente complicado de resolver, pudiera contar con las demás para escuchar sus consejos y aprender de cómo cada una de ellas se enfrentó en su momento a una situación similar. Además, el resto de madrinas también tienen personalidades muy definidas e interesantes que me habría gustado explorar: Lila es la más inocente de todas y la que ve bondad en todas las cosas, pero a su vez es la más torpe y eso le ha causado algún que otro percance; Dalia parece estar cansada de los humanos y más que una madrina, se siente como una herramienta dotada de magia que nunca recibe agradecimiento por su labor, por lo que se plantea seriamente si su trabajo merece la pena; Orquídea es la más presumida y lo que más le gusta de ayudar a sus ahijados es el mérito que ello conlleva y las consecuentes fiestas, invitaciones y conexiones con la realeza que muchas veces implican sus acciones; y por último tenemos a Gardenia, el único hada que no tiene protegidos y que ha envejecido (a pesar de que por las hadas no pasa el tiempo) debido a, según las malas lenguas, haberse enamorado de un mortal. Por otro lado tenemos a Magnolia que comenzó siendo un hada madrina pero que, debido a diversos problemas con los humanos, ha terminado convertida en bruja.

También quiero destacar a Ren, el Ancestral. Los Ancestrales son animales sabios e inmortales que pueden adoptar forma humana y que viven en los bosques. Procuran mantenerse ocultos y no inmiscuirse en asuntos mortales, pero Ren siente un profundo aprecio por Camelia y será su gran amigo y apoyo cuando esta lo necesite. Será el primero que la advierta de que está empleando demasiada energía en ayudar a Simón y que eso le traerá consecuencias a la larga, pero esta no le escuchará creyendo que su labor y su implicación son más importantes que su propio bienestar. A pesar de todo, se mantendrá firme a su lado hasta el final, incluso aun cuando le gusta desaparecer durante largas temporadas y aunque nadie sepa muy bien cuáles son sus intenciones con respecto a Camelia ni de qué lado está, debido a su naturaleza ladina y misteriosa. Es uno de mis personajes favoritos, incluso aunque su presencia sea más bien puntual.

Lo que más destaca del libro son las constantes referencias a los cuentos de hadas y tanto en las circunstancias de los ahijados de Camelia como en los actos de las madrinas podemos ver los ecos de estas historias. Así pues, todos esos cuentos serían, en realidad, sucesos reales protagonizados por las hadas intentando ayudar a sus protegidos, aunque, como toda tradición oral, están distorsionados o se atribuyen milagros al hada equivocada. Me gusta cómo la autora entrelaza estos cuentos con su propia novela, ya sea cargándola de guiños o metiendo pequeñas historias narradas por Camelia en la misma. Se pueden apreciar alusiones por ejemplo a Cenicienta (con su ahijada Rosaura), Rapunzel (con su ahijada Verena), a la princesa y el guisante... y un sin fin más que es muy entretenido descubrir por tu cuenta mientras vas leyendo. Asimismo, la pluma de Laura Gallego, que siempre es una delicia sin importar si el libro me ha gustado más o menos, se adapta perfectamente al estilo que suelen llevar estos cuentos, por lo que te sientes como si Todas las hadas del reino fuera uno más de ellos escrito érase una vez.

En cuanto al final, es bastante agridulce. Es cierto que los personajes principales reciben su "felices para siempre", pero algunos son más amargos que otros y, además, en los últimos capítulos se desarrolla un romance que me dejó bastante insatisfecha. de hecho, ninguno de los romances que surgen en esta novela me convenció y eso que es uno de los aspectos que más me gusta de esta autora. Pero en este caso, ninguno de los sentimientos amorosos que florece entre sus páginas me pareció que tuviera una buena base y eran más bien enamoramientos nacidos fruto del azar, de la casualidad, de la estupidez de sus implicados o de la necesidad de la trama.

Todas las hadas del reino no es, desde luego, mi novela predilecta de Laura Gallego. Es más, recomendaría prácticamente cualquier libro suyo antes que este dado que, si bien mantiene la esencia de la autora con la que tanto me gusta reencontrarme y su prosa es una delicia igual que siempre, ni los personajes, ni la trama, ni el aspecto amoroso me han convencido del todo. Eso sí, si sentís nostalgia por los cuentos de hadas, quizá esta obra os haga rememorar vuestra infancia.
Enlace: https://notodoesfantasia.blo..

3,5/5

Libro leído en el club de lectura Hell-o-win 2016 (La cafetería de Audrey)

Después de bastantes años, vuelvo a leer a Laura Gallego García. Debo decir que mis primeras experiencias con esta autora no fueron satisfactorias, ya que fui incapaz de acabar tanto el primer libro de Crónicas de la Torre como el primero de Memorias de Idhún, ambos aburridos para mi gusto. Así que fui a contracorriente durante este tiempo, sin entender la gran adulación por esta autora. A pesar de ello, le volví a dar una oportunidad y, en este caso, con buen resultado.

Todas las hadas del reino es un libro para volver a la infancia y rememorar esas historias de hadas, príncipes y princesas enamorados, castillos encantados y chorros de magia por todos lados. Me hizo vivir aquellas sensaciones de sumergirse en un mundo nuevo con criaturas fantásticas y flipar en colores. Sin embargo, este no es un cuento de hadas común en el que todo es alegría y diversión. Este es un cuento de hadas realista en el que los personajes también fracasan, sufren traiciones, desengaños, derrotas. Es un libro infantil con tintes más maduros. Y esto me gustó mucho, ya que esperaba una historia completamente distinta, un cuento de hadas al uso.

Como he dicho, los personajes no son utópicos. Un hada simplemente por el hecho de serlo no siempre es "buena" y las brujas no son a veces tan malas como se las pinta. En general, los personajes están bien desarrollados y aportan diferentes perspectivas a la historia. Una historia que está formada por las interacciones entre todos ellos ya que a pesar de que la protagonista empieza siendo la hada madrina Camelia, en la segunda mitad ésta se ve algo relevada para darle más protagonismo al resto de personajes, cosa que me gustó mucho. En especial los personajes de Ren, Rosaura y las tres hadas madrinas (Lila, Gardenia y Orquídea), fueron mis preferidos. Me parece que aportan mucho a la historia y evolucionan a la perfección según las circunstancias.

Sin embargo, hubo un punto clave en el desarrollo del libro que me chocó bastante y me gustaría comentar, aunque lo haré en spoiler para no destripar nada: Me refiero al cambio, para mi drástico, que sufre el personaje de Camelia. Pasa de ser un hada madrina que hace todo lo posible por contentar a los demás y en especial a sus ahijados, a renunciar completamente a ellos y volverse fría y egocéntrica. Me gustó mucho lo que ésto supuso a la trama del libro, esa cruda realidad que como dije antes no se ve en los cuentos de hadas comunes. ¿Pero no os resultó un cambio un tanto repentino? En mi opinión ese cambio tendría que ir cuajándose poco a poco, gradualmente. Tal y como se desarrolla en el libro me parece un poco irreal.

A pesar de ello, esta historia me deja un sabor de boca muy bueno, sobre todo porque creo que el final está a la altura. Un final malo podría haber destrozado el libro, pero en este caso está muy bien llevado en concordancia con lo que el libro quiere transmitir: Tenía miedo de que se escribiese el final feliz más "bonito", en el que Camelia volvía a ser buena y se reconciliaba con Simón y vivían todos felices para siempre. Sin embargo es un final feliz a medias, ya que Camelia se salva pero dejando atrás toda su vida ya que sus actos tuvieron repercusiones. Esto concuerda con la idea general del libro, no todo es tan bonito como parece.

Y por último, quiero destacar todas esas referencias a los cuentos clásicos: Caperucita Roja, Blancanieves, Rapunzel, Hanzel y Gretel...no me parecieron para nada forzadas y ayudaron a esa sensación de volver a mi infancia.

Está visto que debería de dar más oportunidades a esta escritora, igual me sorprende gratamente como en esta ocasión.

Debo decir que, al principio, no me esperaba gran cosa de este libro porque los dos últimos que he leído de Laura Gallego no me convencieron, pero Todas las hadas del reino ha pasado a ser otro de mis favoritos. ¡Me parece increíble que esta escritora aún consiga sorprenderme! Resulta muy curioso este nuevo enfoque sobre las hadas y los cuentos clásicos. Normalmente las hadas madrinas son seres mágicos que ayudan a los demás, pero poco se sabe de ellas, ¡ni siquiera el nombre! de ahí la singularidad de Camelia, el hada más campechana que he visto jamás.

Hay todo tipo de seres fantásticos en este libro y, sin lugar a dudas, mis personajes favoritos son Camelia y Ren, pero los que menos me gustaron son Simón y Asteria, incluso ésta me resultó antipática.
El hada madrina me gustó desde el principio por su forma de ser: bondadosa, inteligente, muy creativa y sensata, además tiene mucho carácter porque no se deja mangonear por los demás.

La portada es muy bonita y el diseño interior es sencillo. El lenguaje es al mismo tiempo simple y complejo, los personajes se expresan con un vocabulario antiguo y elegante, pero las descripciones son más breves y sencillas. Sin embargo, para mi gusto, los capítulos son demasiado cortos; normalmente esto es un punto a favor, pero esta vez no lo ha sido. El ritmo del libro se altera mucho si lo cortas constantemente, así que yo hubiera empleando capítulos un poco más largos.

Nos encontramos ante un libro de fantasía que cuenta con numerosos guiños de la bella y la bestia, El pájaro de oro, Caperucita roja, Piel de asno, La Cenicienta, El enano saltarín, Hamsel y Gretel, La gallina de los huevos de oro, Blancanieves, El gato con botas... Aunque nunca dice el nombre del cuento, son muy fáciles de reconocer.
La primera parte del libro es más o menos previsible, incluyendo la historia de amor, pero en ningún momento se pierde el interés por saber cómo acabará la extraña pareja. No obstante, a partir de la mitad del libro se produce un giro radical y totalmente inesperado, me quedé anonadada y ¡me encantó! Si hasta aquí ya me gustaba, a partir de este punto me volví loca de emoción; ¡me embrujó! Sentí cómo la historia me engullía por completo, hacía mucho tiempo que no tenía esta sensación con un libro. Las páginas volaron entre mis manos, deseando conocer el nuevo y sorprendente destino de Camelia. Spoiler hubiera agradecido que se describiera con más detalle la transformación de Camelia en el bosque, que se viera claramente la aparición de su lado oscuro, de la rabia y el dolor de la traición en su corazón. ¡Hubiera molado un montón!
El final se veía venir, pero durante su lectura no puedes evitar que la tristeza y el sufrimiento calen en tu interior. Aún así, las últimas páginas logran que recobres cierta esperanza, así que podemos decir que es un desenlace agridulce.

La moraleja de este libro no puede ser más clara: quien mucho abarca poco aprieta. Si Camelia no hubiera tenido tantos ahijados, no se habrían complicado tanto las cosas. También es verdad, que los humanos son caprichosos y egoístas, lo que entorpecía el buen trabajo de nuestra querida hada madrina.

Saludos ;)

Para empezar, hay que decir que la estructura es un poco diferente a la que estamos acostumbrados los lectores de Laura. Por norma general, la autora divide sus obras en 14 capítulos (y si puede los pública el día 14 de cualquier mes). Todas las hadas del reino cuenta con 140 capítulos, sigue estando el número 14 en dicho número pero con un 0 detrás. Esta estructura ha hecho que el libro se lea terriblemente rápido si te enganchas. Ya se sabe que los capítulos cortos dinamizan mucho la narración. Yo me lo terminé en menos de 28 horas. La trama se puede dividir en dos partes; por un lado, la historia de Simón y por otro, la historia que se centra en Felicia. Se puede decir que ambas partes tienen tonos muy distintos. Mientras que la primera es más introductoria y cómica la segunda se vuelve bastante oscura. Creo que me gustó más la primera parte. En ella conocemos a todos los ahijados de Camelia y comenzamos a entender el rico mundo que nos presenta Laura Gallego en esta novela.

casa bruja hansel


Lo que más me ha gustado de la novela es que es un Once Upon a Time (la serie) hecho libro. Es decir, añadiendo algunos personajes originales, la autora se dedica a recoger unos cuantos cuentos tradicionales y los usa para contarnos una historia. Por eso mismo os he incluido al final de la reseña un link que os lleva a todos los cuentos a los que Laura Gallego hace referencia en este libro. Además, se parece mucho a esa serie de tv por como un personaje puede encarnar a varios personajes de otros cuentos. El mejor ejemplo de esto es la protagonista, que pasa de ser hada madrina a… otra cosa. Creo que Laura Gallego ha hecho un gran trabajo enlazando cuentos o haciendo referencias mínimas a uno u otro cuento. Por otro lado, creo que eso hace que el libro me haya resultado muy predecible. Una vez conoces los cuentos es fácil ver por donde va a tirar la historia. Quizás a un lector joven esto no le ocurra tan fácilmente pero, yo hubo un momento en el que dejé de sorprenderme por el libro.

huso bellaPersonajes. Tenemos de protagonista a un hada madrina, se llama Camelia, lleva 300 años cuidado de diversos ahijados y se nota que necesita unas vacaciones. Este personaje es interesante pues tiene una evolución muy marcada. Es un buen personaje, está bien construido pero, no es ni mucho menos un personaje femenino que considere de los mejores en literatura fantástica. Todas las Hadas del Reino tiene un repertorio bastante amplio de personajes secundarios y es fácil interesarse por ellos, la mayoría tiene su desarrollo y una personalidad muy marcada, lo que se agradece. Si tuviera que destacar un secundario, sería Ren, el Ancestal, un personaje muy misterioso y al que se coge cariño. Quizás lo que más me ha dejado fría es la relación de Camelia y Simón. No terminaba de creérmela y es un punto flaco importante dado que el romance es algo que se espera en las obras de Laura Gallego y de este enamoramiento parte la segunda parte de la novela.

El estilo de Laura Gallego no ha cambiado mucho respecto a otras novelas que he leído. Es un estilo sencillo, fresco y muy adictivo, apropiado para una novela juvenil que no tiene mayores pretensiones que entretener al lector.


La construcción de las hadas madrinas me ha parecido muy lograda. Tenemos a hadas madrinas típicas, al menos delante de sus ahijados. Esas hadas madrinas que tenemos en la cabeza con lujosos vestidos de fantasía y varitas mágicas son las que vemos en el libro, pero eso es solo puesta en escena. La varita es totalmente inservible y cada hada prefiere vestir de una manera. También me ha gustado que explicasen el origen de estas hadas madrinas con un cuento que siempre relacionamos con un hada madrina, la Cenicienta. Otra idea que me ha gustado mucho como ha tratado la autora es la de los Ancestrales, que vienen a ser todos esos animales que salen en los cuentos, como el lobo feroz o el gato con botas.

hada madrina lectora Todas las hadas del reino

En resumen, me ha parecido una novela entretenida y que he disfrutado. Tiene aspectos muy originales pero, el recurso constante a los cuentos tradicionales hacen del libro una lectura muy grata para los que les guste rememorar esos cuentos que conocemos desde niños. Todas las Hadas del Reino ha sido una novela que me gustado, que me ha tenido atrapada por unas cuantas horas y que recomiendo a los fans de la autora o aquellos que quieran acercarse a los cuentos tradicionales de una manera diferente. Mi reseña está plaga de alabanzas porque Laura Gallego es una autora que me ha encantado desde niña pero, con la experiencia de varios años de lectura, ya me doy cuenta de los más y sus menos de sus novelas. Creo que los personajes de esta novela, aunque tengan profundidad podrían ser más verosímiles. También me doy cuenta de que esta novela ha sido muy predecible. Pero, en general, es una novela que se deja disfrutar y que, sin duda, gustará a los lectores más jóvenes.

Enlace: http://hadalectora.blogspot...

ESTE LIBRO. Oh, gente, ESTE LIBRO ES MARAVILLOSO.

Ahora me calmo.

Laura Gallego es una autora bastante reconocida en España y muchos bloggers y booktubers hablan maravillas de ella, pero yo solo he leído un libro suyo antes y sus novelas no terminaban de llamarme la atención. Supongo que eso se debe a que no leo mucha fantasía que digamos. Pero hace unos días trajeron este libro a mi biblioteca, y yo prácticamente me lancé sobre él sin saber nada acerca de la historia porque la portada es preciosa. No me arrepiento para nada.

Como me encantó haber leído Todas las hadas del reino sin saber nada acerca de su trama, sólo diré que el libro sigue la historia de Camelia, un hada madrina en un mundo lleno de reyes, príncipes, princesas, héroes, monstruos, brujas y demás seres sobrenaturales. Es, en parte, un cuento de hadas que se alimenta, les da un giro y a veces hasta se burla de los cuentos clásicos que todos conocemos. Caperucita Roja, Cenicienta, Hansel y Gretel, Rapunzel... todo de una manera tan original que no puedo hacer más que alabar a Laura Gallego.

El estilo de escritura de la autora me atrapó desde el primer momento, tan mágico y complejo como el libro mismo. Me fascinó la forma en que la historia y los personajes se construyen de a poco, para luego dar giros impactantes y romperte el corazón. A pesar de todos sus errores y decisiones tontas, me encariñé muchísimo con la mayor parte de los personajes, especialmente con Camelia, y derramé más lágrimas de las que esperaba en muchos momentos. Y ese final que a muchos no les convence, a mí me parece sencillamente perfecto. Ni hablar de que me quedé leyendo hasta las tres de la mañana para saber qué sucedería con Camelia, y no me decepcioné en lo más mínimo.

No quiero entrar en muchos detalles con los personajes porque temo dar spoilers, pero sin duda no puedo dejar de mencionar a Ren, un Ancestral, un ser sobrenatural e inmortal que trae consigo unos cuantos misterios. Y Simón, el más reciente ahijado de Camelia, de quien me encariñé por motivos que no soy capaz de comprender, porque su actitud se me hacía insoportable. Supongo que es la magia de Laura Gallego en todo su esplendor.

Otro aspecto que me gustaría mencionar es el tremendo instalove que hay en muchas partes de este libro. Pero me da mucha gracia cómo la autora lo usa como parte de la historia. En el libro no hay un romance en sí (salvo ligeros toques de lo que podría considerarse romance), sino más bien todos estos personajes que se enamoran instantánea y estúpidamente, como sucede en casi todos los cuentos de hadas. Pero eso no significa que las cosas les salgan muy bien a la larga.

En fin, no diré nada más porque sino me pondré a fangirlear como loca sobre este libro, pero sin dudas Todas las hadas del reino ha sido una de las sorpresas más gratas que me he llevado y una de mis mejores lecturas del año, con personajes entrañables y una historia completamente fascinante. Ahora no puedo esperar para finalmente leer Memorias de Idhún.