El secreto de Xein

En el primer libro se nos presentaba un mundo fantástico asolado por una gran variedad de monstruos y la obsesiva tarea de Axlin, la protagonista, por conocerlos y catalogarlos todos. En esta segunda parte, Axlin continúa con su trabajo, pero también se da cuenta de que no hay que descuidar a las personas que la rodean.

Por mi experiencia, normalmente el segundo libro de una trilogía suele ser más flojo porque es un libro de "transición" y no ocurre nada muy emocionante. No obstante, El secreto de Xein no es de ese tipo y está a la altura de El bestiario de Axlin. Esta segunda parte atrapa desde el principio y los capítulos parece que se leen solos. Es cierto que aparecen más enigmas de los que se resuelven, pero mantienen tan interesado al lector que no hacen sino aumentar sus ansias por conocer esa verdad que Xein trata de descubrir.

Al principio tenía la impresión de que la autora se había centrado tantísimo en la trama de Xein, que no sabía qué contar con Axlin. de ahí que introdujera toda la subtrama de Oxania y su bebé para hacer un poco de bulto. ¡Pero no! La autora vuelve a dejar claro que no da puntada sin hilo y cada pieza va encajando perfectamente en su inmenso puzzle. Y cuando Xein descubre, sin atisbo de dudas, ese gran secreto. Ahí se desencadena la recta final y a partir de ese punto tenemos una revelación tras otra, cada una más emocionante que la anterior.

Durante todo el libro quería que Axlin y Xein hablasen de una vez por todas de los malentendidos que, en el primer libro, los habían separado durante tanto tiempo (ya adelanto que nunca llegan a hablar de ello) y, en su lugar, tenemos una de sus escenas más emotivas allá por las 350 páginas.

La vuelta de Laura Gallego a sus raíces no podía haber sido mejor. Me he quedado con muchas ganas de continuar esta historia, ¡suerte que ya tengo La misión de Rox esperando en mi estantería!

Saludos ;)