13 Horas en Viena

«Muchas personas creen que ver a alguien quitarse la ropa es lo mismo que verla desnudarse. Se equivocan. Yo me he quitado la ropa muchas veces, delante de unos cuantos tíos. Pero nunca me he desnudado. Desnudarse significa exponerse; darle a alguien la oportunidad de hacerte trizas el corazón y confiar en él lo suficiente como para esperar que no lo haga. Es un acto de fe, y un delirio de esperanza ciega».

-Yo tampoco sé si esto va a funcionar - me dice, esbozando una tierna sonrisa-, pero si alguien tiene que romperme el corazón, prefiero que seas tú.

El amor es complejo, de todas las formas y colores. También, es un poco canalla, le gusta el juego y el enredo y, si consigue engancharte, probablemente te gane la partida.

“Él era mi recuerdo, mis 13 horas de magia”.

El amor es complejo, de todas las formas y colores. También es un poco canalla, le gusta el juego y el enredo y, si consigue engancharte, probablemente te gane la partida.
Algunas personas se enamoran de verdad después de meses de noviazgo; en otras, el amor es instantáneo y fugaz. Hay quienes aman despacio, con lentitud, dilatando cada instante, y quienes prefieren arder antes de consumirse lentamente. Si preguntas, muchos dirán que no saben en qué preciso instante se namoraron, tienen la sensación de que ocurrió poco a poco. Otros, describen un flechazo directo al corazón: un momento preciso, único, grabado a fuego en su piel.

Cada poro de su piel desprendía la pasión por lo que estaba a punto de hacer, y no había droga más adictiva que es fuego de sus ojos.

Si algo te llena y se te da bien, debes perseguir tus sueños.

Alguien, una vez, ofreció un mundo por una mirada, y un cielo por una sonrisa. Seguro que él también estaría dispuesto a ofrecer su alma por un beso.