"Por mucho que progrese, el hombre no llegará nunca a reconocer con serenidad que, en efecto, el mal y el bien están personificados, y siempre lo estuvieron. En el mismo. En cada uno de los hombres. Porque cada uno es a la vez su dios y su demonio, su vida y su muerte, su recompensa y su castigo, su compañía y su soledad, su principio y su fin. Y está solo. Y se muere."
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