InicioMis librosAñadir libros
Descubrir
LibrosAutoresLectoresCríticasCitasListasTest
>

Crítica de Yani


Yani
09 May 2018
Un libro que me causó más cólera (el sentimiento) que amor. Me lo vendieron como una historia romántica preciosa con un personaje masculino divino y no encontré ni una cosa ni la otra. Está muy bien escrito, pero desde mi punto de vista lo que se escribe no está bien y me aburre. Hay un amor constante, sí, que se diluye entre las enumeraciones de las aventuras amorosas paralelas y una personalidad bastante perversa del protagonista.

Es difícil reponer el argumento porque nunca se sabe dónde está el spoiler cuando intento contarlo. Básicamente, la historia habla de Fermina Daza y de Florentino Ariza, dos personas que se conocieron y se amaron en la juventud pero que, por ciertas razones, no pudieron compartir la vida. Tal como se ve en el inicio de la novela, Fermina terminó casándose con el doctor Juvenal Urbino, mientras que Florentino prefirió no comprometerse nunca, guardando una fidelidad (u obsesión) eterna, hasta poder contar con la oportunidad de obtener lo que quiere.

Empiezo por lo bueno. García Márquez escribe bien, no tengo dudas al respecto. Se formó un mundo propio que funciona con un tiempo diferente al nuestro, sin respetar linealidades. Me molestan un poco los eufemismos y el tono socarrón del narrador, sobre todo cuando se refiere a asuntos delicados que comentaré luego, pero logro disfrutarlo igual. Admiro la capacidad para manejar la pluralidad de las historias que les pertenecen a personajes secundarios, aunque a veces no aporten nada a la trama. Es un buen recurso para seguir dándole cuerda a la circularidad y esas características que tan bien le quedan al realismo mágico. A pesar de la poca experiencia que tengo con ese género, creo que este libro tiene menos magia que Cien años de soledad, pero esto no es una crítica, es sólo un detalle que quiero señalar. Tal vez extrañé un poco esa irrupción de hechos imposibles. Pero formalmente, la novela es impecable. Las últimas treinta páginas están dotadas de una sensibilidad muy linda y de unas cuantas verdades.

Destaco también la construcción de los personajes femeninos, aunque no la alabo porque tiene sus detalles oscuros. Fermina Daza está a la cabeza de la mujer que soporta las inclemencias del tiempo y la pérdida de lo que se anhelaba con mucha entereza, sin tanto lloriqueo. Tiene un carácter muy fuerte y en ciertos momentos uno se pregunta si de verdad amó alguna vez a Florentino o si sólo le respondió la galantería para que dejara de ser tan pesado (suele suceder). Cuando está en el centro de la narración, sólo se habla de su vida de casada y eso muestra muy bien que antes las mujeres no podían tener una vida pública. No digo que García Márquez no podría haberse esmerado para construirle una, pero eso fue comprensible. No sé si tengo algún otro personaje favorito, sobre todo porque las mujeres que se destacan por algo, como la inteligencia, terminan arruinándose por un hombre. Hasta suena realista. Pareciera que en ese lugar están todas destinadas a ser “la esposa de” o prostitutas, que abundan tanto en esta novela que me hizo pensar que García Márquez las homenajeó mentalmente.

Hay pocos personajes masculinos y esto tiene un motivo. La novela no es una proliferación de personajes que hay que memorizar y relacionar, sino que se inclina por las formas más comunes. Están el enamorado (Florentino), el esposo (Urbino), el tío del enamorado (León XII) y el padre de la enamorada (Lorenzo Daza), entre otros personajes menores. Me dio pena que la cantidad fuera tan reducida, sobre todo porque la inclusión de una mayoría femenina no significó ni una radiografía del género ni una reivindicación de su importancia. Y los hombres también están encasillados, ya que sólo se muestra la faceta del sinvergüenza y del acosador, pero nunca se lo complejiza. Así que estoy decepcionada también por ese lado. Florentino no es ejemplo del hombre enamorado. al grano: tampoco es un hombre. Florentino es un macho, de la especie de los protagonistas de la ciudad y los perros, si se quiere. Lo peor de todo es que ese amor desmedido que supuestamente siente se perpetúa y lo vuelve trágico, tratando de imitar a héroes románticos que ya conozco. Sinceramente, Florentino no les llega ni a los talones.

Tenía la ilusión de que la historia me gustara. Quería que me gustara, pero otra vez me encontré con una pared: no me interesa lo que está contando. Así como me sucedió en Cien años…, me importó todo un comino porque lo esencial me sonó falso. No creí en el amor a primera vista, no creí en los sentimientos de Fermina, Florentino me pareció un psicópata, me aburrieron los barcos, bostecé con los problemas conyugales (siempre caen en lo mismo) y podría continuar. Se habla muy poco de la relación entre Fermina y Florentino porque hay un distanciamiento cuando ella se casa, por supuesto, así que habrá resabios del amor, recuerdos, miradas furtivas y demás. Pero el libro se vuelve un inventario de camas conquistadas que me causó más horror que atención y me amargó todo lo que quedaba de él. Lo único que rescato es el final. Noto una tendencia en García Márquez a cerrar las novelas de una manera memorable, con algo que causa impresión (y de las buenas, por suerte), así que tres hurras por ello.

Siempre es una lástima no encontrarle la vuelta a un libro que venía con una recomendación muy efusiva a cuestas. No pude ganarle ni al tedio ni a la idea de que esta historia se construyó en base a un personaje con doble cara que, además, obtiene el visto bueno del narrador.
Comentar  Me gusta         200



Comprar este libro en papel, epub, pdf en

Amazon ESAgapeaCasa del libro
Apreciaron esta crítica ()(4)ver más