Según se pretende, en una desapacible noche, durante el otoño de 1888, una honesta madre de familia se vio obligada a internarse por las callejuelas del distrito rumbo al hospital de Londres, sito en el corazón del mismo-y en cuyos aledaños ya habían sobrevenido algunos homicidios-, a fin de obtener algunas medicinas necesarias para su marido enfermo. A mitad de camino, la señora fue interceptada por un individuo de recia constitución física y aspecto respetable quién : "después de interrogarla sobre el tipo de emergencia médica que la obligaba a salir de casa ( o a examinar la tarjeta de visitante para entrar en el hospital), el hombre misterioso se había dado cuenta de que era "pobre" pero "honrada" y la había dejado ir. A la mañana siguiente se encontró el cuerpo "mutilado" de una prostituta a unos doscientos metros de distancia..."
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