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Este libro nos presenta a tres jefes sexis, casanovas, exigentes y con un carácter que se enciende con rapidez. También encontraremos a tres mujeres que son excelentes en sus trabajos, grandes profesionales, luchadoras y que no piensan tolerar los cambios de humor de ninguno de los tres. En la primera historia, conoceremos a Natalie, una residente que tiene que dejar el hospital donde trabaja para marcharse a una clínica privada. No es el lugar de sus sueños, pero su jefe es increíblemente guapo. No estaría tan mal si no fuera el mismo hombre al que le ha contado sus fantasías más secretas durante meses de forma anónima. Y espera que él nunca descubra la verdad. Garrett es el médico y dueño de la clínica, que heredó de su padre. Es un hombre que trabaja mucho más de lo que debería, al que le gusta tratar a sus pacientes y que está cansado de la pereza del resto de sus trabajadores. Tener a una residente a la que enseñar parece demasiado trabajo. Sobre todo si le sumamos el tener que resistir la increíble atracción sexual que hay entre los dos. Esta historia ha sido muy divertida, con bastante ego herido y una mujer que se mantiene de pie le caiga lo que le caiga. Es una lucha entre los dos de lo más entretenida. Y sus interacciones son siempre explosivas. La segunda historia, nos habla de Ryan, el dueño y creador de una compañía con una proyección impresionante y que tiene previsto salir en bolsa los próximos años. Pero la imagen de la empresa no es la mejor, debido a los escándalos que su director protagoniza cada fin de semana. Todas las agencias de marketing con renombre de la ciudad han acabado dimitiendo, incapaces de poder limpiar la imagen que deja a su paso. Ryan lleva varias semanas de sequía (por mandato de la junta) cuando conoce a Penelope. Para ella son los mejores polvos de su vida. Una noche increíble que tardará en olvidar. Además, un nuevo cliente anónimo ha pagado todo un año por adelantado para contratar a su agencia de marketing. Algo que les hace mucha falta, ya que su exnovio se dedica a robarle todos sus clientes. Sin embargo, su alegría se evaporará en el momento en que descubra que Ryan es su misterioso cliente. En este caso, Ryan es un hombre bastante complicado, que tiene ideas descabelladas y que no tiene muchas ganas de cambiar su forma de ser (o ser más discreto) para agradar a los inversores. Ella, sin embargo, se mantiene firme y le pasa una serie de reglas que tendrá que seguir al pie de la letra y sin rechistar. Entre ellos comienza un tira y afloja para ver quién acaba ganando su cuenta particular y se sale con la suya. Y, por supuesto, intentarán mantenerse alejados el uno del otro, aunque puede que no les salga muy bien. En la última historia, nos encontraremos a Michael. Como le pasa a Ryan, los escándalos le siguen por donde va. Pero, su mayor problema, es que no encuentra a una asistente competente que sea capaz de leer libros (y no tirarle los trastos a cada segundo) y así poder trabajar en su editorial. Posiblemente sea el más exigente y el más imbécil de los tres, pues ni siquiera es capaz de dar las gracias por un trabajo bien hecho. Mya no se lo piensa dos veces en cuanto ve la generosa oferta de trabajo de Leighton Publishing. Sin embargo, un año después, está desesperada por encontrar otro trabajo y dejar atrás al desagradecido de su jefe. Ya no puede más con sus formas secas y sus exigencias descabelladas. Que quiera tener sexo con él a cada segundo tampoco ayuda demasiado. Mya mantiene bien al tanto a su mejor amiga de lo que pasa en la oficina, tanto con las cosas malas de su jefe, como con las fantasías que tiene con él. Hasta que un día se equivoca y le envía a él el mensaje. En las tres historias, el narrador es una primera persona que va alternándose entre los dos protagonistas de cada una. Para mí siempre es maravilloso tener el punto de vista de los dos miembros de la pareja. Los capítulos son muy cortos, dándole a todas las historias un ritmo muy ágil. Y llenos de diálogos divertidos, mucha química y escenas que suben la temperatura. Es un libro que se lee en una tarde, porque al ser historias cortas, cuando empiezas una es difícil parar sin acabarla. Prácticamente se lee solo. Enlace: http://papeldreams.blogspot... |
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