No era posible que sintiera una intensa atracción hacia él en ese momento. Solo había tenido un día largo. Tenía que ser eso. Sigue siendo el chico de al lado al que odiaba…, nada más. Y nada menos…. |
No era posible que sintiera una intensa atracción hacia él en ese momento. Solo había tenido un día largo. Tenía que ser eso. Sigue siendo el chico de al lado al que odiaba…, nada más. Y nada menos…. |
Incluso después de tantas cartas, no me atreví a llamarla «amiga». Ella seguía siendo mi enemiga. Solo que ahora lo era de una manera diferente.
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—Entonces, ¿estabas celoso? Sonrió. —No sabía que estaba celoso… —¿Y lo sabes ahora? —Sé que ahora eres mía. —Me besó, haciéndome sonrojar por todas partes—. Y no importa nada más. |
—Los verdaderos enemigos no se cuidan entre sí, y te aseguro que no se preocupan por la vida personal del otro.
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—Porque Rachel vive en la casa de al lado y siempre se ha sentado en el asiento delantero desde que tengo este coche. —Esa no es una buena razón, Ethan. —Me miró con los ojos entrecerrados—. Yo soy tu novia, y afirmas que ella es tu enemiga, pero te aseguro que la tratas mejor que a cualquier enemigo que exista. La tratas como si fuera tu mejor amiga…, más que tu mejor amiga. |
—Oye, tengo que hacerte una pregunta. —Greg agitó la mano delante de mi cara cuando Ethan se alejó—. ¿Cuánto tiempo lleváis Ethan y tú siendo amigos de verdad? Dímelo tú, porque Ethan ya me ha mentido sobre eso dos veces. —Nunca hemos sido amigos. —Probé mi bebida, que me refrescó la boca—. Somos enemigos que han aprendido a tolerarse mutuamente. —Los verdaderos enemigos no pueden ser cordiales —afirmó. —Se puede si es necesario —repliqué—. ¿No estás tratando tú de ser cordial con tu ex? |
Yo he estado ahí cuando me has necesitado, y tú has estado ahí cuando te he necesitado yo. Y nunca ha sido por casualidad. Siempre ha sido por decisión propia.
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La edad de la inocencia