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Nunca había leído un libro como este en el que la autora ha intercalado a la perfección la realidad con la fantasía unidas a su vez con pequeñas pinceladas de humor. Este libro relata a la perfección como Pearl, una adolescente, batalla por conseguir superar la reciente muerte de su madre y como a pesar de intentarlo, se vuelve una persona totalmente fría y distante y lo único que hace es culpar a las personas de su al rededor. Es una historia muy triste y dura pero muy tierna y emotiva a su vez, con la que reirás, llorarás y probablemente en momentos te identificarás con la protagonista y llegarás a entenderla. Lo que si he echado en falta es que se desarrollase la relación entre Pearl y Finn y que Dulcie cobrase un poco más de protagonismo en la historia (cuando lo leáis entenderéis de lo que hablo) y que la historia en sí se desarrollara un poco más fluida ya que me ha dado la sensación de que era muy repetitivo y en algunos momentos se me hacía eterno terminar de leer la página. En resumen, El año que el mundo se vino abajo es un libro duro y realista con un toque de fantasía que os recomiendo muchísimo ya que nos enseña muchos valores y tiene una gran moraleja de la que todos podemos aprender.
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