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Imaginaros que un día vais con vuestra mejor amiga a una fiesta de disfraces y en esa fiesta conocéis a un chico y os tiráis horas hablando, se nota que entre ellos hay atracción pero solo habla de, al llegar la hora de la despedida intercambian teléfonos pero no nombres para seguir con el misterio y si dentro de un tiempo siguen hablando y quieren conocerse quedaran de nuevo, pero para Léa en que sale de la discoteca va a descubrir quién es ese chico y es la última persona que esperaba. Lo bueno de esta historia es ir descubriendo lo que paso entre nuestros protagonistas. Es una historia fresca, ágil, divertida en la que en más de un momento te puedes echar unas risas con nuestra protagonista (Léa) por sus ocurrencias, por los líos en los que se mete y porque otra cosa no pero la muchacha siempre dice lo que piensa y allí donde está siempre es sincera. La trama es adictiva, tal vez en algún momento se puede volver algo predecible por según como se van desarrollando los acontecimientos, pero ojo que sabiendo por donde van las cosas y como van y saber que el desastre esta por suceder no puedes dejar de leer, la autora ha sabido darle un aire fresco a la historia. Los personajes son diferentes pero que cuando hablan o están juntos se nota que saben compenetrarse, unos personajes bien trabajados y definidos. Léa es una chica sincera tal vez diríamos que demasiado, no sabe mentir, tiene la habilidad de a veces hablar cuando no debe, una gran amiga, una chica muy responsable, que quiere y adora a su padre. Asier (nuestro protagonista) un chico que no suele confiar mucho, que no se abre fácilmente, que a trabajo muy duro para llegar donde ha llegado. Tenemos varios personajes secundarios que nos ayudaran a conocer un poco más a nuestros personajes princípiales y que en algún momento tendrán que dar un pequeño empujón a nuestros chicos. Nuestros chicos son chicos divertidos, frescos y ocurrentes. |
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