𝘓𝘢𝘴 𝘩𝘰𝘳𝘢𝘴 𝘢𝘯𝘵𝘦𝘴 𝘥𝘦𝘭 𝘢𝘮𝘢𝘯𝘦𝘤𝘦𝘳 ha sido la lectura más adictiva de este verano. Suspense, enredo, ironía, maternidad o desasosiego son algunos de los ingredientes que han convertido esta novela en un libro del que es difícil despegarse. La historia se ubica en el Londres de la década de los 50. Louise vive junto a su marido, sus dos hijas y su bebé, que no para de llorar por las noches. No le queda otro remedio que pasarse las largas horas nocturnas viajando con su hijo en brazos de un lado para otro de la casa, en un intento por calmarlo. Durante el día, Louise debe ser una mujer eficiente y, por tanto, no queda tiempo para el descanso. Debe ocuparse de su familia y de las incontables tareas domésticas. Por si fuera poco, la nueva inquilina de su casa, la profesora Vera Brandon, traerá unos cuantos quebraderos de cabeza a la protagonista. La trama de esta novela está llena de sospechas, giros, momentos inquietantes en los que, como lectora, no tenía claro si lo que estaba sucediéndole a Louise era real o fruto de su imaginación. Porque la falta de sueño provoca en la protagonista un estado de vigilia casi constante, la sensación abrupta de haberse perdido algo porque, quizá, aunque solo sea unos segundos, se haya vuelto a quedar dormida en el lugar menos oportuno. Y este es, a mi modo de ver, uno de los mayores aciertos de la novela. Porque esa duda que siembra la autora aumenta la tensión del relato y una alarmante sensación de indefensión que nos empuja a seguir leyendo. Queremos saberlo todo de Louise y Vera. Por su parte, la señorita Brandon se relaciona con la familia de forma extraña. A Louise le recuerda a alguien, pero no consigue caer en la cuenta de a quien. ¿Es Vera Brandon tan solo una callada y reservada profesora? ¿O esconde algo en realidad? El elenco de personajes femeninos es magnífico. La propia Louise, que se cuestiona a sí misma en todo momento, desde su capacidad como madre a su propia felicidad. La señora Henderson, una suegra moderna con una agenda llena de compromisos. La irritante y descarada señora Hopper. La antipática señora Philips, su vecina. Y Vera Brandon, su aire misterioso y su mutismo, su capacidad de persuasión, sus secretos. A Celia Fremlin la denominan la Patricia Highsmith británica. Y no me sorprende. ¿Queréis adentraros en una lectura que os atrape? Leed 𝘓𝘢𝘴 𝘩𝘰𝘳𝘢𝘴 𝘢𝘯𝘵𝘦𝘴 𝘥𝘦𝘭 𝘢𝘮𝘢𝘯𝘦𝘤𝘦r. Enlace: https://www.instagram.com/p/.. + Leer más |