Llamadme Alejandra

Contado en primera persona, Alejandra Fiódorovna, la última zarina, cuenta su vida desde su niñez hasta su llegada a la corte rusa, primero como esposa del heredero a la corona Nicolás II, después como esposa del zar, una vez fueron coronados, y su abdicación, caída y asesinato. La miseria humana, eliminar del poder a unos para ponerse otros que también se creen dioses y que van a empeorar la situación del pueblo, colocándolo más aún entre las cuerdas.

Decir que la novela me ha aburrido tremendamente, se me ha hecho excesivamente larga y pesada, hasta el punto de pensar en plantarme en distintas ocasiones. No entiendo esa manía de escribir extensas novelas, de empoderamiento de reinas y emperatrices, que se pasan repitiendo hasta la saciedad la misma cantinela, que no paran de quejarse por todo, y de hacerse las víctimas de sus desgracias entre algodones, donde todo en ellas es bondad, con unos hijos perfectos, un rey bueno, humilde y corriente, comprensivo. Lo siento, pero no me creo esa imagen que la autora, a través de esa protagonista, da de esta zarina, de su zar y hasta de Rasputín. 

Tenia muchas ganas de leer algo mas sobre la epoca de los zares, y la verdad que ha sido una sorpresa muy grata.

La novela esta contada en primera persona, por Alejandra de Romanov, la ultima zarina rusa, y la cual nos contará su vida pagina tras pagina, desde su infancia, como se enamoro de Nikki, los nacimientos de sus hijas, la búsqueda inesperada de un hijo...

Me ha impactado mucho el final porque iba a ciegas, pero me ha encantado la manera de escribir que tiene Espido, y aunque haya muy pocos diálogos ( al ser una novela en primera persona, escasean) ha sido una lectura muy agil que te engancha y que quieres continuar para saber como acaba la historia,

Añadir que la ultima parte son "cartas" o informes de la muerte de la familia... alg oque me ha sorprendido mucho. Tengo ganas de leer algo mas de la autora ya que la documentación y la ambientación de esta ha sido magnifica.

Además de una novela que me ha gustado mucho, esta obra de Espiro Freire me ha servido para conocer unos hechos muy importantes de la historia contemporánea en los que no había profundizado mucho. La figura de Alejandra y su familia, adquieren una humanidad que está muy lejos de las figuras históricas a las que estábamos acostumbrados. Una novela sobrecogedora que va más allá de las ideas políticas, y que hace que entremos en el la figura de la protagonista y su mundo.

Llamadme Alejandra es la nueva novela de Espido Freire (premio Azorín, 2017). Una autora conmovedora en el relato corto, llega a velar en la novela: atrapa, concentra y observa atentamente el objeto de su relato, para dejarlo libre, ingrávido y penetrante.

Melocotones helados es un buen ejemplo de esto. Y Llamadme Alejandra, no se queda atrás.

La vida de la última zarina de Rusia no llamaría tanto las puertas de la imaginación si no fuese por su triste fin. A partir de esa complicidad, Espido Freire construye una historia íntima más que un relato histórico; retrata una voz con los colores que sabe usar de su paleta: la palabra justa, el conjunto antes que el detalle, y esa delicadeza certera con que su mirada se deposita en cada pliegue de una personalidad difusa, buscando los secretos que hacen, de una vida velada, una vida única.

No hay fuegos de artificio. En general, a Espido Freire no le hacen falta. No busca el impacto, antes bien, intenta desde lo aparentemente sencillo atrapar a un lector que se deja sorprender por las pequeñas cosas, esos grandes momentos que tejen una vida, y que no siempre son el oropel de una corte, el relumbrón de un estatus, un vestido o una joya. Alejandra se dibuja desvaída, a color pastel, acuarela en un lienzo cuya profundidad la define el agua: una vida mecida por las circunstancias, un dejarse hacer y abrazar un destino.

Espido Freire no juzga, sólo conmueve. Y es mucho. Todo de esta mujer nos sería vano si no fuera porque ha vivido; el secreto de Llamadme Alejandra está en dibujar una vida narrada sin estridencias, sin falta de gusto: una mujer jamás sería indiscreta sin ser tachada de vulgar; la vida femenina es más interior, más callada; Espido Freire desvela cada pliegue de esa personalidad con suma delicadeza, con el mayor de los tactos; algo que, por lo demás, siempre la ha caracterizado.

Llamadme Alejandra vive en un tiempo convulso, de profundos cambios: la herida que se abre, la brecha que dividirá mundos, pensares. Y sin embargo es actual, nos habla con un lenguaje sencillo, de una manera directa. La autora sabe que sabemos, y sabe que jamás aprendemos de nuestros errores.

La levedad de Espido Freire es divina. Porque consigue desarmarnos con sutileza, porque consigue hablar del error, del horror, del ardor y de la vida sin grandes alegorías, sin estruendos, llegando al corazón del lector con su escalpelo de plata, afilado, inequívoco, e indoloro. Perfecto.


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Maravillosa esta novela donde la autora Espido Freire nos narra parte de la vida de Alejandra, la última zarina.
Contada en su mayoría desde el punto de vista de Alejandra, es una novela maravillosamente escrita en la que a pesar de conocer el desenlace desde el principio, a mi me ha conmovido profundamente.
Se trata de una lectura que debe hacerse de forma pausada, yo tardé mucho en leerla porque me quería empapar de todo lo que la autora nos cuenta, los personajes y su psicología, la ambientación, la historia del último zar tan desconocida para mi...
Es una novela histórica pero no se hace larga, ya que al estar novelada no tienes la impresión que te están bombardeando a datos sin ubicarlos en un contexto.
No puedo dejar de recomendarla si os gustan las novelas históricas pausadas.

Es un libro muy interesante que cuenta la vida de la última zarina de Rusia, Alejandra Romanov ,me gustó todo el libro sobre todo las partes que hablan sobre su infancia, sus tragedias familiares, su historia de amor, su boda por amor , el nacimiento de sus hijas y por último de su hijo, su vida en la corte rusa donde al principio lo pasó muy mal porque ella hablaba muy mal francés y en dicha corte sólo se hablaba en Francés o en Ruso, la parte que menos me gustó fue el final que son los informes que escribieron las personas que estuvieron en el final de la familia real rusa, aunque agradezco que esa parte no esté novelada, así resulta menos doloroso, aunque tod@s sabemos lo que pasó y nos hacemos una idea muy clara de dicho momento. Un libro recomendable, que se lee rápidamente y que es muy rápido de leer.

En esta historia, escrita en forma de diario, Espido Freire nos narra la vida de la zarina Alejandra Feodorovna, a quien se nos muestra como una devota madre y esposa. A pesar de estar contado desde un punto de vista subjetivo, este libro nos ayuda a conocer un poco mejor cómo fue la historia de la familia Romanov y cuáles fueron las circunstancias de la desaparición de los últimos zares de Rusia.
Es lo primero que leo de esta autora y debo decir que me ha gustado bastante su estilo, las descripciones y los detalles me han parecido completos y cuidados, sin llegar a ser excesivos, y la personalidad de la zarina está muy bien conseguida, transmitiendo perfectamente sus preocupaciones, sus miedos y sus alegrías, y haciéndonos sentir lo que ella sintió.
Si bien el grueso de la historia me ha parecido bastante ameno, quizá he echado de menos un poco más de acción que hiciera la trama algo más entretenida en algunas partes; tampoco he entendido muy bien qué nos pueden aportar los fragmentos de los diarios de las hijas y puede que esperara un final un poco más apasionado, pero en general me parece una lectura genial para los amantes de la novela histórica que disfrutamos conociendo la vida de grandes personajes como lo fueron los componentes de esta familia.
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Que ganas tenía de leer la ultima novela de Espido Freire, en ella relata esa parte humanitaria, familiar y emotiva de la zarina Alejandra Romanov, una parte a la que no estamos acostumbrados a ver en los personajes de la realeza. Además la manera de narrar de la autora me ha encantado, me hizo empatizar mucho con Alix. La recomiendo, sin duda.

Tenía muy claro que si Espido Freire sacaba otra novela con una princesa no muy conocida, me iba a comprar la novela y me iba a meter de lleno en el libro sin ninguna duda. En este caso nos vamos hasta Rusia y hasta los últimos zares que reinaron este gran país.

Es una novela que esta contada desde el punto de vista de la última zarina, todos sus preocupaciones y sus pensamientos. Yo he tenido la sensación de estar leyendo sus diarios o viendo todo al lado suyo. Nos ha contado toda su vida, sin omitir detalle. Aunque no tenga muchas descripciones, con las pocas que da son suficientes para imaginar como se vivía en aquella época. La pluma de la autora me ha parecido muy fina, me explico es muy sencilla de entender pero ha su vez es refinada y sofisticada.

No hay nada malo en el libro. Pero hay algo que nunca me ha gustado, no solo en este libro sino en otros que he leído, cuando el final no lo cuenta la misma protagonista del libro, sino que son datos que las protagonistas en sí no han podido documentar. En este caso son unos informes sobre la investigación de asesinato de los zares. Prefería que hubiera terminado con una testimonio suyo.

En conclusión, me ha gustado esta novela mucho. Se parece a La flor del norte, parece que estas leyendo los diarios de la propia zarina, trasladándome a sus habitaciones de palacio y observando todo desde su lado.

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Definitivamente me hubiese gustado más emoción, en esta novela. Bien escrita esta, (por algo obtuvo el Premio Azorín) pero a veces o casi siempre, lo correcto en el arte no significa mucho: si no comunica, no llega, no toca a las personas en el alma. Un tema tan sensible (al menos para mí) donde se perdió en demasiada documentación y datos fríos creo yo, y no es que no los utilizara pero, de eso se trata el trabajo del escritor convertir en arte lo humano. Mis expectativas tan altas con este tema, premisa y además portada hermosa y su autora muy bien aclamada, una decepción total. Sí debo decir que tiene cosas interesantes datos que te adentran en el mundo de la familia imperial, una descripción y mención de Rasputín, por allá por un lejano cap. 32 y 50. Sentí que le faltó algo que desde mi visión fue: sensibilidad. Es mi opinión muy personal