EL Fogonero

Aunque El fogonero se publicó como un libro independiente en 1913, resultó ser el primer capítulo de El desaparecido, una novela inacabada de Kafka. Por lo que podemos ver en este relato la novela prometía ser bastante interesante. Muchos años después, no se sabe bien si la figura del fogonero seguiría apareciendo la novela pero lo que sí está claro es que las aventuras de Karl no terminarían ahí.

Las descripciones de este relato resultan tan realistas que hacen que creas realmente que te encuentras en medio del mar en un barco con cientos de pasajeros a tu alrededor. La humedad, el salitre, el balanceo del suelo que pisan tus pies hacen que incluso te creas un pasajero más rumbo a EEUU.

Pero lo más destacable de este libro es la denuncia social que lleva detrás de la historia del fogonero. En este relato, Karl intenta ayudar al fogonero y apoyarle denunciando los abusos de los poderosos, y te deja con ganas de saber qué más injusticias llegaría encontrar el protagonista. Leyendo solo las primeras páginas el lector se puede dar cuenta perfectamente de que Kafka tenía entre manos una obra importante.

Las ilustraciones de Max acompañan al texto y se entrelazan con él formando un conjunto que recuerda quizá a los libros de cuentos tradicionales para niños. Es un punto positivo para el que le apetezca una lectura rápida y fácil, puesto que las imágenes apoyan el texto de manera eficaz.

Es una pena que Kafka no terminara esta historia, pero hubiese sido mucho más triste que sus amigos hubiesen quemado y destruido toda su obra como él mismo pidió antes de morir. Quizá él no se sintiera digno de pasar a la historia como escritor, pero la literatura le puso en su lugar. Y gracias a la rebeldía de sus amigos podemos hoy seguir disfrutando de algunas de sus historias, aunque como ésta no estén acabadas.

Solo había leído Metamórfosis, que es un peso pesado en la literatura y era el único referente que tenía de Kafka, por lo tanto mis expectativas eran demasiado elevadas. Este relato, que luego pasó a formar parte de su obra inconclusa “El desaparecido” me dejó un poco decepcionada, aunque tiene cuerpo y refleja una buena crítica a las diferencias entre las clases sociales, las manipulaciones y las casualidades de la vida.
Lo bueno es que es cortito, se lee rápido y por lo menos me mostró otra cara del autor.

Ha sido corto pero no por ello no ha contado una historia interesante. Nuestro protagonista ha tenido que irse de su casa en un barco alemán huyendo de unos problemas que le ha surgido ayudado por su familia. Yo he visto aquí la inocencia de una persona, como se puede manipular a la gente inexperta y las diferencias sociales quedan también marcadas.