El laird desterrado

Hacía bastante tiempo que no leía una novela romántica histórica y El laird desterrado me llamó la atención por dos motivos: estar ambientada en Escocia y ser una “novela blanca”. Este término no me gusta especialmente pero quiere decir que no hay escenas explícitas de sexo. ¿Después de tantas lecturas que he tenido con novelas románticas más o menos explícitas me he vuelto puritana? Pues no, pero no puedo evitar caer en el prejuicio de que aquellas historias que no tienen por obligación X escenas con contenido erótico se centran más en otros aspectos.
En mis últimas lecturas de romántica empecé a cansarme de que cada vez tiene más protagonismo el erotismo y menos la trama, los personajes y por supuesto, la ambientación. Por supuesto hay de todo, y hay grandes novelas románticas pero como se publica muchísimo del género también hay que bucear mucho para encontrar una historia que no tenga una estructura base que se repita una y otra vez y que al final me parezca que es una historia hueca. Todo eso se debe también a que he leído mucho del género y he llegado a cansarme, no es algo nuevo, muchos lectores de fantasía sufren para encontrar algo a la altura de sus expectativas cuando conocen mucho la temática, lo mismo para los que leen afanosamente thriller, etc
La cuestión es que las buenas opiniones y la sinopsis de El laird desterrado me convencieron ¡y menuda suerte! Me he topado con una lectura de lo más interesante, costumbrista, algo que a mí me gusta pero que no me esperaba, que tiene su parte de aventura y que no deja de mostrarnos la vida cotidiana. La ambientación no es un mero fondo, es muy importante. Pasamos de la vida en las islas Hébridas Exteriores a la rutina de un navío que va rumbo a América hasta como es el día en una plantación en Virginia.
Lark se encarga de la destilería y de las colmenas en el castillo del laird, Magnus, con quien se crío cuando era niña. No obstante, ella es de una familia venida a menos y él tuvo que ocupar su lugar como laird. Debido a una serie de sucesos imprevisibles, Lark acaba siendo juzgada y desterrada de su querida isla, por lo que tiene que embarcarse rumbo a Virginia, para servir en una plantación.
El día a día en la isla, los bailes, las gentes y el contrabando se muestran en Escocia, mientras que luego asistimos a su juicio y posterior destierro. También se nos muestra la vida en el barco, lo que debían hacer las esclavas antes de llegar a su destino y cómo convivir con los temporales marinos. Más tarde, Lark vivirá en una plantación en Virginia, ocupada nuevamente de las colmenas y destilería, ayudando a los esclavos pese a las dificultades que eso entraña.
Lo que más me ha fascinado es que en cada una de estas tres etapas podemos sentir la esencia de cada ambiente, la autora logra transportarnos a cada uno de esos lugares. Pensé que no me gustaría tanto por el hecho de que la protagonista abandona Escocia bastante pronto pero tanto sus vivencias en el barco como las que ocurren en Virginia me convencieron.
Lark como personaje es un de estilo tradicional, una muchacha casera, apegada a las normas y que sueña con encontrar el amor y formar una familia, pero que logra sorbreponerse a las adversidades que le depara el destino. Me ha gustado más que Magnus, al que conocemos un poco menos.
Creí que el libro no tendría demasiada acción pero en varios momentos ser convierte en una historia de aventuras. Lo sucedido en el barco es, quizá, un poco típico pero está bien integrado y aunque me habría gustado saber más sobre la esclavitud de la plantación lo que nos muestran de ella también me satisfizo. Hay varios contratiempos que le dan acción a la trama y siempre surgen personajes nuevos que, si bien no son muy profundos, están bien caracterizados.
Si hay algo de lo que peca la historia es de mostrar siempre a algún hombre prendado de Lark allá donde quiera que va. Es un cliché un poco agotador. Otro aspecto que me llamó la atención es la presencia de la religión. al comienzo creí que se debía a la época pero luego supe, por los agradecimientos, que es una cuestión personal de la autora.
El romance está bien, aunque para mi gusto no tuvo demasiada profundidad y se resolvió todo un poco fácil, pero como la novela me recompensó en otros aspectos, lo acepto. No deja de ser una historia bonita de un amor que perdura pese al tiempo y las dificultades.
En conclusión, esta ha sido una lectura que me sorprendió para bien, superó mis expectativas y fue lo que necesitaba en ese momento. Me sumergí de lleno en la historia y disfruté cada página. Lo recomiendo especialmente si queréis sentir que estáis en otra época viviendo en Escocia o en la Virginia de las plantaciones de algodón. Me gustaría leer más novelas de la autora en el futuro, espero que se siga apostando por escritoras que se esfuercen por recrear unos escenarios lo más fielmente posible.

Descubrí a Laura Frantz gracias a Libros de Seda, su novela «El destino de Elisabeth» fue una de mis mejores lecturas de 2020, tenía muchas ganas de leer algo más de ella así que cuando vi que publicaban «El laird desterrado» sabía que tenía que ser mío.

Este libro no tiene nada que ver con el anterior, sí que he notado ciertos puntos en común, que más adelante analizaré. Creo que es necesario hacer hincapié en el género, este libro no es una novela romántica de highlanders al "uso", aunque el título o la portada pueda llevarnos a pensar en ello. No estamos ante una historia tipo Kinley McGregor, Julie London, Monica McCarty o Sonia Marmen; Laura Frantz escribe novela blanca, es del estilo de Julie Klassen; vamos que os podéis olvidar de descripciones tórridas y escenas subiditas de tono.

Son trescientas ochenta páginas que narran la historia entre Magnus y Lark, una historia que se cuece a fuego lento y que nace años atrás, desde que eran unos niños y no entendían de cargos o diferencias sociales. Magnus y Lark tuvieron la suerte de poder criarse juntos como dos iguales, hasta que los años van pasando y las responsabilidades van atándoles y separándoles cada vez más.

Lark tiene que ver cómo su gran amigo y el hombre de sus sueños hace su vida sin incluirla, preso de las obligaciones como laird de Kerrera tiene que formarse fuera de sus tierras en leyes, para ser un buen señor y poder cuidar de su gente. También deberá buscar un matrimonio próspero que le facilite el camino y le mantenga o mejore su posición. Magnus renuncia a sus planes y a sus sueños para no defraudar ni a su gente ni a su padre.

Mientras que Lark vive con su abuela y es la encargada de la destilería de Kerrera, tiene conocimiento en remedios y plantas, echa una mano a todos los vecinos incluso al propio laird, todos confían en su buen hacer y solo tienen buenas palabras para la muchacha.

La novela está ambientada gran parte en Kerrera y Virginia. Kerrera es una isla de Escocia y, en este momento histórico, hay una gran pobreza, la mayoría de los habitantes se dedican al contrabando, participando como buenamente pueden (desde avisos, como transporte, como escondiendo la mercancía...). Desde té, sal, seda, alimento, alcohol... nos moveremos por los años 1752, en plena rebelión jacobita.

En este contexto, los caminos entre Lark y Magnus se cruzarán durante años, hasta que ambos decidan apostar por un futuro juntos, aunque eso les pueda llevar años y un largo camino de penurias y difíciles pruebas.

En cuanto al estilo, es una narrativa muy pausada, con encuentros breves entre los protagonistas y momentos en los que estarán separados. Es una novela romántica que se cuece a fuego (muy) lento, repito que se trata de novela blanca y que hay mucho más que romance, la autora se centra en el contexto histórico de la época a través de Lark y Magnus podremos ver el día a día en Kerrera y con ello entenderemos más el entorno donde nos movemos. No solo tiene gran incidencia la rebelión jacobita, junto con las normas de ese momento histórico (como por ejemplo la Ley de vestimenta, donde se prohíbe el uso del kilt, entre otras).

La esclavitud tiene un papel protagonista en este libro y lo viviremos muy de cerca. También la búsqueda de nuevas oportunidades fuera del continente, viajando hasta Virginia o Jamaica, un nuevo mundo.

No puedo más que recomendar esta novela. No solo por el impecable trabajo de documentación de la autora y cómo consigue desmigarlo y atrapar al lector desde la primera página, sino que también los personajes tienen una evolución abismal patente en cada capítulo. Sin olvidar los personajes secundarios que, a pesar de ser pocos, enriquecen la historia como puede ser el capitán MacPherson, lástima que no tuviera algo más de protagonismo.


Solo puedo decir que este libro me ha servido para afianzar mi opinión de esta autora, no solo me ha encantado «El destino de Elisabeth» sino que «El laird desterrado» se suma a mi lista de libros que recomiendo, así que Laura Frantz poco a poco se va convirtiendo en una de mis autoras de referencia, como ya tengo a Julie Klassen desde hace un tiempo. Solo espero poder leer más novelas de ella pronto, con la misma o similar asiduidad que Julie Klassen, ¡necesitamos más historias de Laura Frantz!

Por último, la traducción y edición de diez. La portada no podía ser más adecuada.

Sinopsis:

Lark es una campesina a cargo de la destilería de su abuela donde prepara remedios para ayudar a los habitantes de la isla en la que vive. Por circunstancias de la vida también ayuda al Laird de Kerrera, Magnus, que es su mejor amigo de la infancia y también su gran amor, pero sus destinos se separaron cuando él tuvo que ocupar su cargo de Laird y ella seguir con su vida de campesina. Un desafortunado suceso hará que Lark caiga en problemas y su camino vuelva a juntarse con el de Magnus en una situación totalmente distinta de la que ellos esperan.

Opinión:

Este libro me llamó la atención tanto por la portada como por la sinopsis, pero es que además los libros de esta editorial sé que siempre son una apuesta segura porque trabajan muy bien sus ediciones. Y estoy muy contenta de esta elección porque además de todo lo anterior, la narración y la manera de escribir de esta autora me han encantado.

Nos encontramos ante una novela de romance histórico contada de una manera muy pausada y con un amor a fuego lento que nos va a dejar una sensación muy bonita donde los protagonistas se conocen desde pequeños pero por diferencias jerárquicas sus caminos se tienen que separar.

Si bien es cierto que hasta la mitad del libro nos cuentan de manera más detallada lo que ya nos dicen en la sinopsis y nos presentan a los personajes y su historia, después de esto el libro empieza a coger ritmo y a meternos en otro ambientación completamente diferente, pasando de una isla hogareña en Escocia a un barco y una nueva vida en la Virginia de las plantaciones de algodón.

Por suerte esta historia no solo se centra en el romance sino que también tenemos una gran crítica hacia la esclavitud o muchas descripciones de cómo se vivía en esa época de pobreza en ambas partes y de cómo se podía salir adelante, a veces de maneras que te podían llegar a costar la vida por el contrabando de especias, té, etc.

Los protagonistas me han encantado, tanto Magnus como Lark, pero es cierto que de elegir me quedo con Lark por su fuerza, su valentía y sus ganas de querer salvar y ayudar a todo el mundo. Me ha parecido una protagonista muy bonita, con una vida que no ha sido fácil y con unos valores muy marcados.

En general, una novela con amor, aventuras, crítica y una muy buena ambientación escrita de manera elegante y sencilla que te dejará el corazón calentito. Me he quedado con muchas ganas de leer más cosas de la autora.

Lark es una MacDougal, pero su familia lo perdió todo hace mucho tiempo. Vive con su abuela, el único pariente que le queda, en una casita en los terrenos de Kerrera. Se hace cargo de la destilería del laird, ella es la que prepara los tónicos y remedios para las personas que lo necesitan y confían en ella.

Magnus McLeish, es el laird y señor de la isla de Kerrera, aunque también ha estudiado leyes. Está muy comprometido con sus tierras y su gente. Está casado, pero no es feliz, hizo lo que le impusieron, su corazón pertenece a otra persona.

Después de unos acontecimientos Lark termina en un barco camino de Virginia, con un niño a su cargo y con Magnus entre sus ocupantes. Los sentimientos de Lark van a ser más fuertes que nunca y estar en un barco con Magnus no va a ser fácil, sobre todo porque van a ser muchos meses.

Pero al llegar a tierra su tiempo se acaba, Magnus debe partir hacia Jamaica a llevar a cabo allí su condena. Se hacen promesas, se piden esperarse y que el destino y el futuro les deja, tal vez, sea su momento

La fiebre amarilla, el correo que tarda, un nuevo pretendiente y que amenazan lo que más quiere hacen que Lark se tenga que plantear muchas cosas.

El punto fuerte de esta novela es la ambientación, tanto en Escocia, Virginia como en Jamaica y es que la autora ha sabido muy bien transmitir la época, como se vivía, cómo era la vida de los esclavos, de los reos que los mandaban al nuevo mundo.

Lo que sí me ha faltado ha sido el romance porque desde el principio ya sabes que hay sentimientos, pero hay tan pocas escenas entre ellos que cuesta ver ese amor en el presente. Si que se transmite el cariño que se tienen, pero me ha faltado un poco más.

Muerte y venganza, amor y esperanza es lo que rodea a esta historia.

Hablar de EL LAID DESTERRADO, es hablar de una pareja que se va dando poco a poco. Que se intuyen, que se miran, que se anhelan desde que las primeras eras, pero que la vida no les pondrá un camino fácil. Por lo que espera de verdad un amor pausado, sin prisas ni para su primer beso. Y en cambio vamos a encontrar a una mujer que lucha por un trato justo para los demás, amar incondicionalmente y esperar a que el destino selle su sueño. Para mi, es una obra de dos seres de gran fe y principios casi idealistas, pero que no deja de ser bella y hacerte sufrir por todo lo que les va ocurriendo y encima, enamorarte y suspirar por ese punto final. Y no, no me hizo falta una escena de cama, yo con una promesa de algo más me quedé tranquila.

Laura Frantz se presenta a mi como una gran promesa a estar entre mis autoras de podio, así que no le planeo perder la vista... ja ¡feliz lectura!



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