Leerlo me generó emociones muy fuertes porque se tocan temas muy duros como la prostitución y la tristeza de una chica que siente no tener salida, y que su único futuro es seguir vendiendo su cuerpo. A Mariano tampoco le fue fácil, el también sufrió y sufre con un pasado que tiene todos los días presente, es un hombre que se muestra frío pero que por dentro grita pidiendo ayuda y una mano que lo sostenga. El destino une a Helena y Mariano de una forma no tan linda pero demostrando que las segundas oportunidades existen y queda en nosotros aprovecharlas o no. Ya sé que siempre digo que me siento identificada con los libros de Anna pero me es inevitable, esta historia derrumbó sanamente una parte mía que me estaba doliendo para volver a construirla más fuerte y esperanzadora. (No quiero sonar como en una novela de Criss Morena, pero es la verdad!) Como mujer a veces me siento como Helena, sin un futuro, sintiendo que el sexo es violencia y que nunca va a encontrar un amor verdadero como el de su hermana. A pesar que Mariano Ricci no existe, yo terminé el libro esperanzada y con una sonrisa en la cara. |