El bando insurgente nunca persiguió la paz, solo la victoria. No aspiraba a una reconciliación, sino a la extinción del otro, a la erradicación de toda idea que se alejara de sus coordenadas ideológicas. Acaso el primer síntoma fuese la apropiación del término "nacional", en la pretensión de negar esa misma condición a las tropas leales a la II República. Terminada la guerra, consumada la victoria, el régimen liderado por Francisco Franco inició una cruenta purga de... >Voir plus