Pensaba que me encantaría ser madre. Me equivocaba
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Pensaba que me encantaría ser madre. Me equivocaba
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-Todos hemos hecho cosas que podrían considerarse monstruosas- señalo.
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Aún inclinada hacia delante, formulo la pregunta que me arde en el pecho casi en un hilo de voz: -¿Es normal no sentir nada? |
Hay dos cosas de las que tengo la certeza en medio de este caos: primero, que estoy cuerda. Segundo, que el bebé de la incubadora que hay delante de mí no es mío.
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La edad de la inocencia