Yo recordaré por ustedes

Uf, se me hace difícil poder escribir sobre Yo recordaré por ustedes. Si pudieran verme en este momento, descubrirían que desde hace diez minutos que pasé la última página, no puedo dejar de llorar. Saberlo muerto es saber que ya no habrá Contratapas los días viernes, ya no habrá nada más escrito por él, pensado por él desde la orilla del mar, desde sus caminatas por las playas de Mar de las Pampas.

La que cierra este libro es “Y el mar”, la que habrió los cuatro tomos de Viernes, y en la que él habla sobre el living en el que “James Dean le leía al oído a Marilyn el Ulises de Joyce, de su transformación a “luminoso” y las piedras de la playa. La anterior habla sobre su madre al morir su tía, y cuenta cómo fue esa despedida, cómo iba contando sobre lo que le contaban de un álbum de viejas fotografías familiares.

Y, sí, este libro es algo así como esa colección de piedras, como esa colección de fotografías. Cada Contratapa es una invitación a leer, a buscar un libro, una película, una música, una imagen, o a sus autores. Son pequeños cuentos que hablan sobre otros cuentos. Sí, eso es cada tomo de Viernes, pero aquí encontramos los que para él fueron los mejores, y todavía más, porque los reescribió antes de publicarlos.

Tomo este Yo recordaré por ustedes como una herencia que nos deja: nos entrega sus maravillosas piedras para que las tengamos en nuestros estantes, para que las agarremos cada tanto, las tengamos en la mano, las sintamos durante el tiempo que dura la lectura, y las volvamos a su sitio, hasta que nos vuelvan a llamar.

Por favor, no duden ni un minuto en leer a Forn si se cruzan con algún libro de él. No duden ni medio minuto en leerlo si se cruzan con alguna Contratapa. No duden ni medio segundo en leerlo si dan con Yo recordaré por ustedes.