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Este libro es uno de esos que se te meten en la piel sutilmente, y cuando te das cuenta de lo involucrado que estás en la historia, es cuando te rompe el corazón. Dios, qué dramática que me estoy poniendo. El libro comienza con Mia, que en un viaje por la carretera con su papá, su mamá y su hermano menor, sufre un accidente. Primero cree haber salido despedida, y se acerca al automóvil. Allí ve los cuerpos sin vida de sus padres. Luego, se ve a sí misma, tendida en el suelo y muy herida. ¿Qué está pasándole? ¿Está muerta? ¿Es un fantasma? ¿Por qué puede observar todo lo que ocurre sin estar en su cuerpo ? ¿Qué se supone que debe hacer? ¿Será mejor luchar por una vida en la que nada será lo mismo o rendirse a la muerte? A mí está trama no me resultaba tan llamativa. Había leído o visto cosas de este estilo antes, dramas de personajes que se debaten entre la vida y la muerte desde esta experiencia extraña fuera de sus cuerpos, pudiendo observar todo lo que ocurre a su alrededor. Sin embargo, algunas buenas críticas me llevaron a poner este libro en mi TBR, y cuando el otro día lo vi en la biblioteca, decidí darle una oportunidad. Qué bueno que lo hice. Creo que el libro no sería el mismo sin la estructura narrativa que presenta. Por un lado, Mia nos relata desde el presente todos los acontecimientos que se dan mientras ella está en este estado, y por otro, tenemos los recuerdos de Mia sobre su familia, las situaciones que han marcado su vida y las relaciones que ha ido forjando con Adam, su novio, y Kim, su mejor amiga. Pero esta serie de recuerdos no siguen un orden cronológico continuo, así que te enteras de las cosas de a poco, como en cuentagotas, y de ese mismo modo te enamoras de los personajes. le tomas cariño a personajes como sus padres, que están muertos desde el comienzo del libro, o a Adam, del que no te fias a la primera pero que aprendes a querer, y de la propia Mia, que a ratos puede parecer insensible, pero en ciertos momentos lloras por ella sin motivo aparente. O al menos, así ha sido para mí la experiencia de lectura. Todo un sube y baja de emociones, que me tomó desprevenida. Tanto, que al final terminé llorando y riendo sin saber bien por qué. Me encanta que el amor por la música esté presente en cada página; traspasa el papel ese poder de unirnos que tiene. Ya sea clásica o rock, jazz o pop, la música tiene algo intangible que nos hace sentirnos vivos y ligados a los otros. Este libro no podría representarlo mejor. Ya no sé qué más decir. Si decido quedarme ha sido una lectura increíble, que en sus pocas páginas logró transmitirme un montón, con personajes que me llegaron al corazón y una historia que supo sorprenderme y emocionarme. Y por Dios, después de ese final, necesito el segundo libro ya. |
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