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ISBN : 8437642558
552 páginas
Editorial: Ediciones Cátedra (15/04/2021)

Calificación promedio : 4/5 (sobre 1 calificaciones)
Resumen:
Moliére. El nacimiento de un autor es una biografía escrita por Georges Forestier que trata de presentar al Molière que conocieron sus contemporáneos más allá del mito edificado sobre diversas leyendas (marido celoso y malhumorado, soñador y melancólico, actor dotado solo para la comedia, enfermo crónico), que todavía hoy componen su retrato.

Hasta la fecha son pocos los manuscritos, cartas o escritos íntimos de Molière conservados. Para poder conocer... >Voir plus
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Críticas, Reseñas y Opiniones (3) Añadir una crítica
WSinclair
 11 August 2021
Leo la biografía titulada Molière: el nacimiento de un autor, de Georges Forestier (figura muy acreditada para esta tarea, pues no es ni más ni menos que el editor de las Oeuvres complètes de Molière en Gallimard), y pienso en cuánto bien hacen estos trabajos tan bien documentados y tan comprometidos con la verdad. Molière, como otras tantas figuras geniales, ha sido protagonista de leyendas, mitos y disparates varios, que poco se ajustan a la realidad biográfica y que, sin embargo, hacen las delicias de quienes los oímos.
Claro que Molière tuvo una genialidad indiscutible, y esto es un hecho tanto por lo bien que resisten sus obras en la actualidad como por lo bien que resistieron en su época. Claro que es un genio; pero lo que no nos gusta escuchar tanto, o, al menos, lo que solemos olvidar, es que el genio no nace “de la nada”, o “del ideal”, como creían los románticos. Pues no, señores; o, al menos, no en este caso. Molière fue, ante todo, un empresario en el sentido total y absoluto de la palabra. Miembro de una compañía de teatro desde jovencito —cuyos comienzos, por cierto, supusieron su bancarrota hasta el punto de tener que abandonar París durante un tiempo, él y toda su troupe, para evitar a sus acreedores—, su subsistencia no dependía ni más ni menos que del público. Y esto muchas veces se nos olvida a quienes estamos en esto de la literatura: queremos “ser libres en el espíritu” y, al mismo tiempo, nos quejamos de que “no nos lee nadie” (yo, al menos, no es raro que caiga en esta trampa de tan malos presagios); pero, ¡ay!, esto ya lo sabía muy bien Molière, y es por eso —y no por otra cosa, aunque nos/me moleste y nos/me joda—, es por esa necesidad de gustar al público y de ganar su favor y de llenar la sala de espectáculos por lo que nuestro comediante no era libre en un sentido idealista: la “libre expresión del espíritu” debía esperar y ceder paso a la “expresión dependiente del público”: Y este público, en su mayoría, no estaba formado más que por aristócratas y nobles parisinos, esos que hoy en día observamos con tanto repelús. El mismo Luis XIV, de quien la troupe de Molière recibió favores y privilegios directos, era su público. Así que no nos engañemos: Molière fue un vendido. Pero es que tenía que comer. Tenía que venderse a sí mismo —como actor— y a sus obras —como autor—. (Y sospecho que el actual debate entre “literatura comercial” vs. “literatura independiente” tiene mucho que ver con esta adaptación explícita a los gustos del público…, quizá más que con la calidad literaria per se. Aquí, desde luego, todavía hay y siempre habrá mucha tela que cortar).
Por otra parte, el método compositivo de sus obras me hace reflexionar sobre el tema de la originalidad. Él, cuando tenía que escribir una obra, muchas veces por encargo o por necesidad de renovar el repertorio, solía agarrar dos o tres “temas de actualidad” junto con dos o tres “libros del momento”, y los refundía a su manera, con los ojos puestos en su representación. Un máquina, el tío. Las novelas cortas y comedias italianas, así como las españolas, le sirvieron de inspiración continua. Esta picar de aquí y de allá me hace pensar en cómo el criterio de “originalidad”, tan caro en nuestros días, no tenía tanta cabida en el siglo XVII. Sin duda, la virtud de Molière debe más a la “funcionalidad” y al “ponerse a trabajar” que a la “originalidad” o la “inspiración del espíritu”. (Algo similar pasaba con nuestro Lope de Vega y su “Arte nuevo de hacer comedias”: ¡qué carajo importa el genio, la originalidad, la erudición! de lo que se trata es de componer obras que el público entienda, disfrute y llenen los bolsillos del autor. Lo demás es superchería). Ya en terreno musical, Tim Blanning, en su ensayo El triunfo de la música, señala cómo de Haydn, Bach, Mozart… conservamos cientos de composiciones, mientras que la obra de músicos más modernos no es tan nutrida. Y todo apunta a la misma dirección: la antigua concepción de la creación artística como funcionalidad y respuesta a una necesidad material frente a la noción más trascendentalista de hoy en día, arrastrada desde el Romanticismo, según la cual toda obra nos parece que debe ser absolutamente moderna, original y genuina, bajo la amenaza de que la comparen con el trabajo de otros o incluso se denuncien los parecidos como plagios.
Yo, en fin, me llevo estas reflexiones sobre la “libertad creativa” y la “independencia artística” vs. la “adopción de modelos” y la “dependencia del público”. En último término, creo que Molière, como tantas otras personalidades geniales que nos ha dado la historia de la literatura y del arte, supo conciliar las demandas del público con una inteligencia creativa fuera de toda duda. En resumen: público contento, crítica contenta. Toda una proeza. Igual por eso lo consideramos un genio.
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Ferrer
 03 August 2021
A pesar de que no quedó ningún papel manuscrito de Molière, Georges Forestier logra ofrecer al lector una completa biografía de Jean-Baptiste PoquelinMolière”, en la que rebate los errores y especulaciones de biografías precedentes y nos aproxima a la historia del teatro en Francia en el s. XVII. Forestier data en 1643 la fecha en que Molière deja sus estudios, cede a su hermano menor sus derechos como tapicero ayuda de cámara del rey y se dedica en cuerpo y alma al teatro, en una época en la que el repertorio habitual estaba integrado por tragedias, por lo que sus primeros pasos teatrales están alejados de la comedia. Junto con diez compañeros integra la primera compañía teatral, pero, tras un primer año exitoso, un cambio de teatro (una pista de juego de pelota adaptada) y problemas económicos diversos llevan a la disolución de la compañía en 1646 entre deudas y embargos. Ese año, enrolado en una compañía ajena, marcha de París en una gira y no volverá a actuar en la capital hasta 1958. En 1655 Forestier fecha su comedia “El atolondrado”, en lo que es su primera imitación creadora en cinco actos. Forestier explica la costumbre de entonces de reducir a un acto comedias italianas de tres, algo que lleva a cabo también Molière, y cómo logra convertirse en un “comediante-autor”. Forestier, quien discrepa en ocasiones de los gacetilleros de la época, muestra las fuentes e las que parte Molière para escribir sus obras, indica cómo el éxito de “Las preciosas ridículas” desencadenó una “moda literaria” y la creación del personaje Sganarelle, “buen burgués obtuso y antigalante”. Este personaje y el marqués de Mascarilla le hicieron célebre a Molière, “el dios de la risa”, heredero de Terencio y Plauto, conciliador de todas las formas de comicidad y satirizador de los valores de la soceidad de su tiempo en busca de una risa verosímil, provocada por los comportamientos ridículos de unos personajes atizados por sus pasiones. “La escuela de los maridos” divirtió igualmente al público parisino, a la familia real y a la Corte y tuvo su continuación en “La escuela de las mujeres”, donde Arnulfo (interpretado por Molière) es una síntesis de Sganarelle. El teatro recaudaba cuando Molière representaba algún estreno de su autoría, si no, se resentía, porque el autor francés era experto en desarrollar piezas a partir de las premisas enredo/atolondramiento/despecho. El lector conocerá los detalles minuciosos de la gestación de la comedia de salón en cinco actos y en verso “El misántropo”, de “El festín de piedra”, de Tartufo (prohibido por la Iglesia y el rey), entre otras.
Molière, el comediante del rey, un negociante de espectáculos exitoso con talento para satisfacer la demanda del público con su pluma, detectar los temas de interés y dialogarlos mediante su ingenio creador, tiene en este libro una extensa y completa biografía de sus andanzas vitales. El fanático de Molière y del teatro francés disfrutará del libro, pero el aficionado al teatro en general quizá se pierda en la maraña de nombres de la época, ajenos u olvidados para el lector español.
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manueldb1
 06 August 2021
Esta biografía desgarra el velo que separa la leyenda del hombre y nos muestra a Poquelin. Es una mirada desde sus contemporáneos que nos ayuda a entender cómo se convirtió en Molière y pasó a ser uno de los escritores más grandes de la literatura francesa y universal.
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Citas y frases (2) Añadir cita
FerrerFerrer25 July 2021
El teatro cómico español descansaba en una estética de la ilusión triunfante, salida de la visión del mundo cristiano según la cual la vida es una comedia bajo la mirada de Dios, lo cual la vuelve ilusoria dado que la verdadera vida está en otra parte.
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FerrerFerrer25 July 2021
Toda obra está en interacción con la que la ha precedido y procede al mismo tiempo de una especia de negociación con las expectativas del público, del poder, de sus iguales.
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