La gente se piensa que cuando uno pierde la visión es como si se apagasen todas las luces. Y ojalá fuese así. Sus nervios oculares habían quedado totalmente desconectados con el exterior, pero parecían luchar constantemente por encontrar algo de luz. Es como si la oscuridad tuviese su propia danza. Su propia melodía. Y este festival de colores y de formas era imposible de evadir.
|