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Odio es lo que destila este relato, deseo de revancha contra el mundo por la simple razón de existir en el, El cobrador, es un alienado, o tal vez el único cuerdo, que deja una estela de sangre, por el simple hecho de existir. Pero se encuentra con Ana, y entonces reasigna ese odio esa revancha y ese inconmensurable deseo de lastimar. Fonseca una vez más propone la división de clases como motivo para expresar la incongruencia de una sociedad enferma que se manifiesta en la actitud de sus personajes, que son la expresión de tal patología, aunque no necesariamente la parte enferma. La enfermedad es la sociedad, los personajes pueden ser el síntoma o incluso la parte aquejada de lo lesivo que resulta el sistema. Gran cobrador poeta, que aplica el remedio, al menos a doña Clotilde. El parteaguas una muela extraída. Recursiva de una sección anatómica / social que ha perdido su valor y es necesario extirpar . A punta de pistola A que me recuerda la película “ Un día de furia” , con la estupenda actuación de Michael Douglas + Leer más |
#LaÚltimaManoDeSeisdedos
Hermenegildo, un gitano alcohólico, otrora asesino a sueldo de talla internacional, vive al borde de la indigencia en Madrid, bebiendo para calmar el dolor que le producen sus úlceras estomacales y compartiendo su cotidiano con los fantasmas de algunas de sus víctimas: una puta búlgara, un joven pijo español, un asesino de ETA y dos colombianos.
Aunque ya está retirado, su precaria situación económica lo lleva a aceptar el encargo de un esmeraldero colombiano, Jason Moscote, para que ajusticie a Dominga, una mujer guajira. Su ética profesional lo obliga a dejar de beber hasta terminar el trabajo por eso quiere hacerlo en la mayor brevedad posible.
La primera novela de Felipe Londoño es, además de una apasionante historia en clave de thriller, una reflexión sobre las adicciones, la soledad y la inmigración en tiempos en donde parecemos estar cada vez más aislados como seres humanos. Londoño apela a la tradición para construir un poderoso relato criminal y por sus páginas vemos desfilar los fantasmas de autores que, seguro, hacen parte de su educación como lector: Jim Thompson, Rubem Fonseca y James Ellroy con sus reflexiones morales en medio de la acción trepidante son, sin duda, faros que alumbran la narración.
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