El diario de Ana Frank

La novela gráfica de El Diario de Ana Frank va a ser la primera obra de este formato que me atrevo a reseñar en el blog, conocida internacionalmente y que ni siquiera es ficción. Siempre me ha llamado la atención como libro pero el hecho de ser literalmente un diario real, me frenaba por la crudeza de lo que me podía encontrar, así que podrá extrañaros pero no había leído previamente la novela aunque sí sabía de qué iba y cómo terminaba (o no terminaba, según como se mire) la historia que dejó plasmada Anne Frank en su famoso diario. Ni siquiera me había dado por ver alguna adaptación en pantalla y eso que hay varias, pero me alegro porque la sorpresa que me he llevado prácticamente desde el comienzo ha sido muy agradable y no creo que se deba por completo a que está medio narrada con dibujitos, no. Se debe a que es una obra magnífica a la que tod@s deberíamos encontrar un ratito para leer.

Lo más curioso de esta historia es que al leerla he tenido que recordarme constantemente que no estaba leyendo sobre unos personajes creados por ninguna mente imaginativa que les diera voz a personas que pudieron vivir en esa época sino que de verdad se trata de personas que vivieron todo lo que se cuenta y a las que Anne Frank, una joven judía que presenció el Holocausto en su propia piel, les da voz a través de sus pensamientos cuando los deja plasmados en un diario al que se dirige como si fuera su mejor amiga llamándola “Kitty” y contándole sus inquietudes, sus sentimientos y todos los acontecimientos que se producen a su alrededor. A pesar de la brevedad de la novela, se puede ver muy bien el don nato que tenía esta joven escritora sin importar su edad y se puede apreciar también la evolución que sufre a lo largo de los dos años aproximadamente que la niña mantiene la costumbre de escribir en su diario.

El resto de personas están retratadas a través de sus ojos y sus pensamientos, y todo lo que ocurre en la casa en la que Anne y su familia tienen que refugiarse sin poder salir está interpretado por su mirada juvenil que tiene que desarrollarse sin más contacto con el mundo exterior que lo que oyen por la radio o ven por la televisión o los periódicos que amablemente les proporcionan quienes les ayudan a sobrevivir ocultos. Así podemos ver cómo Anne siente devoción por su padre y es a quién más cercana se siente, al contrario que los sentimientos mezquinos que tiene por su madre, a quien apenas soporta. Anne vuelca su frustración en el diario y le traslada sus quejas por el control que sufre por parte de todos en la casa escondida. También la envidia que deja ver por su hermana mayor Margot, más lista, más guapa y más todo que ella, el descubrimiento de la sexualidad durante la pubertad o la ilusión del primer amor entre esas cuatro paredes tan limitadas, son algunos de los aspectos sobre los que Anne reflexiona junto a “Kitty” y gracias a eso también vamos viendo cómo va sufriendo un cambio hacia la madurez, como todos sus pensamientos, a medida que el tiempo avanza pero los habitantes de la casa siguen en la misma situación que al principio o peor.

En cuanto a las ilustraciones no es que sean preciosas y maravillosas, pero personalmente creo que tampoco es necesario porque están más centradas en mantener el parecido con las personas reales transformándolas en dibujos que en que resulten bonitas a l@s lector@s. Además, muchas de ellas son incluso más inteligentes que el poco texto que puedan tener alrededor, de forma que condensan más historia de la que parece a simple vista. Por ejemplo, el contraste de personalidad entre las hermanas Frank nos queda claro gracias a una serie de ilustraciones repetitivas sin texto pero muy elocuentes en una sola página. Por el contrario, hay ilustraciones a dos páginas cuando se trata de reflejar escenas con una gran carga emocional (como un ataque aéreo) o una escena grupal para abarcar a todas las personas de la casa en un momento concreto.

Así también vemos a la perfección las duras condiciones en las que viven los Frank y sus compañeros de casa, otra familia de judíos con su asustadizo hijo Peter, de la misma edad que Anne. Con ilustraciones muy acertadas se reflejan las dificultades con el racionamiento de comida, la suciedad y el estado deteriorado de la ropa y los enseres, los problemas de espacio cuando tienen que acoger a más gente… Todo ello ha hecho que me alegrara muchísimo de conocer esta historia de manera visual en vez de haberme lanzado primero por el libro tradicional porque he podido “ver” la vida de Anne Frank sin tener que imaginármela.

También ha tenido algo que ver que el guión esté adaptado al formato de novela gráfica por lo que es mucho más ameno que el diario real, pero en algunos casos, como los propios autores reconocen, no han podido ni han querido recortar esa calidad en la narración de Anne y han plasmado los textos tal cual aparecen en el libro original, así que para mí mucho mejor porque así también he podido hacerme una idea bastante clara de la destreza con la que escribía esta joven icono de la Segunda Guerra Mundial. Me ha sorprendido muchísimo el toque de ironía y sarcasmo que tiene en todas sus reflexiones, que por otra parte, y ahora que lo pienso, es normal teniendo en cuenta que es una adolescente rebelde y deslenguada con un fuerte carácter.

Así que en definitiva, tanto si habéis leído el libro como si no, esta novela no os dejará indiferentes porque yo no me esperaba que me fuera a gustar tanto ni que fuera a tener tal profundidad como la he podido ver, más que nada porque al ser un diario y además siendo un cómic, creía que la historia se me quedaría a la mitad y para nada ha sido el caso. Me alegro mucho de no haberme encontrado con la típica historia desgarradora y triste que siempre suele acompañar a esta época y que en cambio haya tenido una gran parte de humor que me deja un buen recuerdo de esta obra atemporal.
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