Nunca

Antes de adentrarte en la lectura de "Nunca", encontrarás estas breves palabras del autor:

«Cuando me documentaba para La caída de los gigantes, me impactó darme cuenta de que la Primera Guerra Mundial fue una guerra que nadie quería. Ningún líder europeo de ninguno de los dos bandos tenía intención de que sucediera. Pero, uno por uno, los emperadores y primeros ministros tomaron decisiones -decisiones lógicas y moderadas- que nos acercaron un pasito más al conflicto más terrible que el mundo ha conocido. Llegué a creer que todo fue un trágico accidente.
Y me pregunté: ¿podría volver a ocurrir?»

Y mi respuesta después de leerlo es, desgraciadamente, que sí... sin duda y sí, sé que esta es una novela de ficción, pero ¿está muy alejada de la realidad? Espero que sí, pero siento que no tanto cada vez que veo un telediario.

Me he tomado con calma su lectura, porque a medida que leía se me iba encogiendo el estómago. Sabía que esta novela trataba sobre el inminente comienzo de una Tercera Guerra Mundial y de ahí que ese título sea tan importante, porque ojalá "Nunca" tengamos que vivir una situación así, pero es un libro que ha conseguido producirme un desasosiego tremendo. He sentido que todos somos unas marionetas colocadas en un tablón de juegos, que es el mundo entero, donde unos pocos deciden (bien resguardados, eso sí) la suerte de todos nosotros.

En algún sitio he leído que esta es una obra sin continuación, aunque yo, desde luego, después del último y tremendo capítulo de esta novela, sí querría leer una segunda parte, pero como parece que eso no ocurrirá hablemos de "Nunca".

"Nunca" es una novela que me ha gustado mucho, aunque si soy sincera, prefiero la faceta más histórica del autor, aún así, ésta ha sido una historia que me ha atrapado y que a medida que iba leyendo y el nivel DEFCON iba pasando de 5 hasta llegar a 1 (justo las cinco partes en las que está dividido el libro), me iba angustiando cada vez más.

Aunque las dos grandes potencias de esta novela son Estados Unidos y China, la primera aliada de Corea del Sur, país gobernado también por una mujer que, además, prometió unificar las dos Coreas (antes de morir) y la segunda, aliada de Corea del Norte, aunque es a la vez una de las debilidades de China dada su escasa fiabilidad, la novela arranca en el desierto del Sahara, donde agentes de inteligencia de EE.UU. y Francia persiguen a un peligroso terrorista islámico. En este escenario conoceremos a dos de mis personajes favoritos, Abdul un valiente agente infiltrado de la CIA y Kiah una joven recientemente viuda que quiere llegar a Europa como sea para poder ofrecerle a su hijo una vida que sabe que no podrá darle si continúan en el Chad.

La verdad es que destripar la trama de esta novela es complicado y también una pena, porque si algo me ha parecido interesante (y por eso prefiero no hablar de ello) es ir viendo como los conflictos y problemas más "pequeños" (que en realidad no lo son tanto) van provocando decisiones que a su vez van teniendo consecuencias, que de nuevo provocan actuaciones que cada vez van formando una pelota más grande. Intentar cumplir los pactos que hay entre los distintos países a veces parece un misión imposible y poco a poco iremos viendo que la cosas se van a ir complicando a un nivel terrorífico.

Una de las cosas que más me ha gustado de la novela es que Follett haya puesto en la Casa Blanca a un mujer. Creo que es un personaje muy interesante, una mujer coherente, reflexiva, y capaz de todo lo necesario para cumplir la promesa que le hizo a su país y demostrar que se merece estar en ese lugar. Una mujer decidida a hacer lo que tenga que hacer si se dan las peores circunstancias. También debe lidiar con sus problemas familiares a los que apenas puede dedicar tiempo y con un personaje infumable y ultraderechista que como solución para todo lanzaría una bomba nuclear (que para eso las tienen) Un horror, vamos.

Sin embargo, como comentaba antes, mis personajes favoritos han sido Abdul y Kiah, a través de Kiah veremos la situación de pobreza absoluta de un país como el Chad y Follett tocará el tema del tráfico de personas, personas de las que los más desalmados se aprovechan prometiéndoles sacarlas del país a cambio de prácticamente todo lo que tienen, sin que esto, desde luego, sea una garantía. También los agentes de inteligencia, Tamara y Tab me han gustado bastante y es que son, dentro de lo lejos que yo me pueda identificar con ellos, los que más reales me han parecido. Mientras que me siento años luz de todos los políticos que tanto en EE.UU. como en China se dedican a decidir el destino del mundo entero.

Me ha fascinado la capacidad de Follett para crear esta trama, su forma de analizar hechos y conflictos entre los diferentes países y llegar a imaginar algo como lo que se cuenta en este libro.

La forma en que hace que algunos de los personajes intenten buscar soluciones "moderadas" mientras otros los empujan a actuar sin compasión. Y sobre todo me ha hecho recordar, porque realmente es algo que había sacado completamente de mi cabeza, la cantidad de armas nucleares (y también biológicas) que hay repartidas por el mundo y que solo necesitan que alguien pulse un botón para ponerlas en ruta.

Me ha resultado una lectura fascinante, aterradora, quizás algo más lenta de lo que me suelen resultar los libros de Follett porque es cierto que todo lo que sea politiqueo se me hace algo pesado y ya no digamos los nombres chinos y coreanos, pero vaya, que salvo esas cositas creo que es un libro que te hace pensar, sobre todo en los líderes que gobiernan cada país y que para bien o para mal, en la mayoría de los casos, están ahí porque nosotros los hemos puesto en ese lugar. Tremendo, de verdad.

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