Yo fui uno de los que casi se echan a llorar al ver las imágenes de la catedral de Notre Dame de París en llamas, el mes de abril del año pasado. Cuando todavía los rescoldos no se habían apagado, las redes se llenaron de consternación, aunque también de comentarios jocosos y de personas que decían alegrarse de “ver arder una iglesia”. ¿Cómo explicar a esa gente que Notre Dame no es sólo “una iglesia”? No hace falta ser creyente para lamentar una desgracia como esa, basta con tener un mínimo de cultura y de sensibilidad. Pero por desgracia, el odio y la ignorancia suelen ir siempre de la mano. Ken Follett sí admite que lloró aquel día. (Sigue leyendo la reseña en el enlace): Enlace: https://humildelector.com/20.. |