La delicadeza

Creo en las casualidades. En las frases dichas a media voz que te hacen observar a esa persona con otros ojos sin que nunca llegues a comprender qué tenían de especial aquellas palabras. En los choques al doblar una esquina, los "perdona" y las sonrisas nerviosas que marcan el inicio de todo lo demás.
Creo en las miradas casuales, esas que te provocan un escalofrío y que, años después, hacen que te preguntes por qué te eligió a ti en medio de tanta gente.
Creo en la sencillez de los gestos, en la trascendencia de los impulsos, en la perdurabilidad de los besos.
Creo firmemente que no hay nada más delicado que un amor que empieza de manera casual. Porque es una suerte que de repente tus planes se tuerzan y que el camino que nunca pensaste seguir se vuelva el único transitable. Y que el resto de tu vida recuerdes lo bonito que se pone ese camino en primavera. Y sonrías al volver a ver las delicadas flores que nacen en las cunetas.