Charlotte

Mientras la guerra continuaba, me senté junto al mar y vi la profundidad del corazón de la humanidad.

Hay cuerpos que son consuelos.

En mi obra de teatro, yo era todos los personajes.
He aprendido a tirar por todos los caminos.
Y así me convertí en mí misma.

Le pide a Charlotte que la anime.
Es como pedirle al gris que ilumine al negro.

Puede hablar, soñar, cantar, escribir, crear, morir.
Pero éste es el único instante que compensa del sufrimiento.
El vicio bajo la apariencia de la inocencia
Lo demás no tiene ninguna importancia.

La dicha de convierte en una isla en el pasado, inaccesible

Cuando salimos de una obra, el mundo exterior reaparece.
Deslumbrante, después de tantos meses de introspección.
Perdemos de pronto la costumbre de mirarnos por dentro.

Me he pasado años tomando notas. He recorrido su obra sin cesar. He citado o recordado a Charlotte en varias de mis novelas. He intentado escribir este libro muchísimas veces. Pero ¿cómo? ¿Debía incluirme en él? ¿Debía novelar su historia? ¿Qué forma debía adoptar mi obsesión?

Podemos abandonarlo todo, menos las obsesiones.

Una revelación es entender lo que ya sabemos.
Es el camino que emprenden todos los artistas.
Ese túnel incierto de horas o de años.
Que conduce al momento en el que por fin puede uno decirse: ahora.