Heridas abiertas

Esta es la segunda novela de Gillian Flynn que cae en mis manos, y la primera que escribió la autora. Se trata de un interesante thriller en el que nada es lo que parece.

Heridas abiertas esta narrada en primera persona desde la perspectiva de la protagonista, Camille Preaker, una mujer de treinta años, periodista de un periódico de poca tirada de Chicago, atormentada por su pasado.

Camille no es la protagonista al uso, ya que nos encontramos con una mujer que se da a la bebida, casi hasta el punto de caer en el alcoholismo, que sigue manteniendo el deseo de autolesionarse, si bien es cierto que recibió el alta del psiquiátrico en el que estuvo ingresada, y con una herida que no cicatrizará jamás: la muerte de su hermana Marian cuando Camille contaba con tan solo trece años.

Nuestra protagonista es una mujer que ha sufrido y que aún no es capaz de ver la realidad de su pasado, que tanto le influye en el presente. Es una joven con la que, tal vez, muchas personas puedan sentirse identificadas. Una chica que en su más tierna adolescencia vivió el abuso como si fuera consentido, que vivió la popularidad como un derecho para mostrar su superioridad frente a otras, que se escudaba en el resentimiento para no aceptar sus verdaderos problemas.

Pero si bien es cierto que Camille es una parte imprescindible en esta historia, no es el hilo principal. Heridas abiertas muestra una pequeña ciudad de Missouri, Wind Gap, en la que se han producido dos asesinatos. Ann y Natalie, de 9 y 10 años respectivamente, han sido asesinadas, apareciendo en distintos puntos de la ciudad, estranguladas y sin dientes, algo que parece apuntar a un sádico asesino en serie, que parece tener algo personal en contra de las niñas.

Poco a poco iremos descubriendo el pasado oscuro de los distintos habitantes de Wind Gap, lugar en el que los rumores y el chismorreo suponen el principal entretenimiento de las mujeres que allí viven, en una mentalidad completamente retrógrada. Un lugar en el que los forasteros no son bien recibidos, y cuya principal fuente de ingresos es la producción de carne porcina, fábrica que da trabajo a la mayor parte de los windgapianos, y que pertenece a Adora, madre de Camille.

Este thriller, a pesar de ser corto, resulta intenso y de fácil lectura, ya que cada una de las acciones de los distintos personajes llevan al lector a sospechar de todos y descartarlos al mismo tiempo. Es una historia en la que nada es lo que parece, y es importante leer entre líneas.

Me ha gustado el aspecto psicológico que hay en la novela y en cada uno de los personajes. Cómo Gillian Flynn es capaz de mostrar la parte más oscura del ser humano, los defectos que hay, creando una historia realista y creíble, con unos personajes a los que cuesta conocer, debido a su gran complejidad.

Me encuentro, sin duda, ante una de las novelas que más he disfrutado durante este año, y que sin duda alguna recomiendo