Las lágrimas del cerdo trufero

Con esta novela, el autor, Fernando A. Flores, nos señala las dificultades de la vida en la frontera mexicano estadounidense, y el problema para los inmigrantes ilegales para tener unas condiciones de vida aceptables. al igual que critica la labor de las autoridades respecto a los cárteles de la droga.

En la novela, a través del protagonista, Bellacosa, iremos viviendo la pobreza de una zona depauperada donde la salida más sencilla y común que ven sus pobladores es unirse a algún grupo criminal para conseguir dinero que les permita vivir decentemente. Y aunque la novela lo habla, o mejor dicho lo trata como un futuro distópico, también nos aconseja y nos advierte sobre las consecuencias que tendría para los habitantes del planeta si no se cuida y protege de manera firme, concienzuda y rápida la Tierra.

Igualmente, advierte de depender exclusivamente de la ciencia genética, o dejar que los experimentos genéticos dominen la creación de alimento. Pero donde más ahonda, y lo hace de una manera muy inquisitiva, es en el tema político, tanto en lo referido a su vertiente económica como social. Mas en el conjunto de su crítica política destaca los acuerdos migratorios entre Estados Unidos y México, donde cada vez deshumanizan más a las personas, considerándolas criminales, o criminalizándolos, sin conocer al detalle las circunstancias que rodean su huida de su país de origen. En este sentido, al ser una novela publicada en 2020, el autor está enfrentándose a las políticas tan aberrantes de Donald Trump respecto a los inmigrantes en Estados Unidos.

Hablando de política económica, alza la voz contra los despilfarros y las ayudas que reciben las grandes fortunas, y las asociaciones criminales, por parte de los Gobiernos y los tratos bajo mano que realizan ambas partes. Y a eso además hay que sumar el poder que tienen tanto los grupos de presión, los llamados lobbies, como los cárteles de traficantes de drogas, quienes, ante la inacción de los gobernantes, a los que tienen atados a su poder pecuniario, son los que ejercen el poder en la sombra. Y mientras tanto las personas honradas sufren los rigores de este método de hacer política, común a la mayoría de los estados.

También quiere concienciarnos de lo mal que han sido tratados los nativos americanos, en especial desde la invasión anglosajona, quienes han terminado diezmándolos y considerándolos ciudadanos de segunda o tercera clase, hasta terminar recluyéndolos en reservas o guetos. 

De la misma manera, a la par que crítica un posible exceso de acciones dedicadas a la clonación y transformación genética, nos hace partícipes de los excesos que hemos cometidos con la Flora y la Fauna del planeta hasta conseguir extinguir varias centenas de razas de distintos tipos de animales y plantas a lo largo de la historia, y tener a otras en vías de extinción, sin percatarnos de lo importante que son para nuestra propia supervivencia. Sumando además la sobreexplotación de nuestros campos y teniendo a muchos animales explotados y mal cuidados por el simple hecho de querer conseguir más dinero en menos tiempo.

Finalmente, nos impele a reflexionar sobre nuestras relaciones familiares y amistades junto con nuestras creencias sobre la muerte y el más allá.

Todo esto con un estilo que recuerda al utilizado por los grandes autores hispanoamericanos en lo que se dio en llamar “Realismo mágico”.

Aunque un tanto extraña, su lectura es sencilla y rápida. Recomendable.

DATOS BIBLIOGRÁFICOS

Título: Las lágrimas del cerdo trufero

Nº de páginas: 312 páginas

Editorial: Bunker books

Idioma: Castellano

ISBN: 978-84-120978-7-0

Soñamos con una sociedad más justa y equitativa, pero algo nos dice que vamos en dirección opuesta. Los multimillonarios y los poderosos tienen cada vez más dinero y más poder. La clase media tiende a la desaparición y el abismo entre los que han de servir y los que son servidos, llegará a ser insalvable.

Siempre ha habido (y habrá) un colectivo que tiende a moverse en las sombras, que desea ganar (y a veces lo consigue) su puesto entre los más ricos. Gente que no se conforma con lo que la suerte les ha dado y no duda en saltarse todos los parámetros éticos y legales para conseguirlo. Suelen seguir metodologías parecidas a las de las grandes empresas: analizan lo que el mercado demanda y tratan de proporcionarlo antes que nadie ocupando así una posición predominante en el sector. Poco importa si hablamos de drogas, prostitución, armas o cualquier otro negocio tan rentable como ilegal.

No es descabellado pensar que en un futuro donde la mayoría no tengan ningún poder adquisitivo, las organizaciones más turbias se centren en satisfacer los caprichos de los más adinerados. Y ya sabemos que no basta con ser el más acaudalado, hay que demostrarlo. La ciencia, mediante la clonación, está a un solo paso de poder traer de vuelta a miles de especies extintas (aunque su esperanza de vida sea mínima) ¿Sería ético hacerlo? En realidad, poco importa eso; si alguien de la élite económica encontrase glamouroso exhibirse con una criatura de otro tiempo, siempre habría personas dispuestas a proporcionársela. ¿Imagináis mayor demostración de poder que pasearse con un dodo o un bucardo? Alguien que pudiese hacerlo le estaría diciendo al mundo que todo está a su alcance. Y si se convirtiese en moda y no fuese algo suficientemente exclusivo, ¿Por qué no dar vida a un animal mitológico?


Esteban Bellacosa es un hombre de frontera, un conseguidor (normalmente de maquinaria) para empresarios de la zona. Su nacionalidad estadounidense le permite moverse libremente a través de los dos muros que delimitan la frontera con México y, tras el fallecimiento de su esposa e hija, vive sin objetivos ni metas.
Es un tiempo extraño el que le ha tocado vivir, una época en la que los cárteles, tan crueles como siempre, se dedican al filtrado de animales en vez de al narcotráfico y no dudan en capturar a científicos para esclavizarlos en sus proyectos. Una época en la que el comercio de cabezas reducidas de indígenas compite con el de obras de arte. En un contexto así, puede que el único camino que le quede para recuperar su propia humanidad sea encontrar a su hermano secuestrado.


Fernando A. Flores ha escrito una novela de las que discurren sin prisa, de las que horadan poco a poco la mente del lector y transitan por ella hasta inundarla completamente. Una historia dura e impredecible. Distópica, fantástica y apocalíptica que transmite el terror atávico derivado de la oscuridad del alma humana. La aventura no es frenética como promete la sinopsis, de hecho, le cuesta coger inercia. No cierra con el final, sino con el epílogo. Propone un infierno en la tierra tan absorbente como estimulante, y contiene ideas que pueden dejar secuelas en nosotros.

Os propongo un viaje único. Acercaos a la frontera. Allí la gente es diferente y la vida apenas tiene valor. Seréis testigos del choque de culturas y de la decadencia moral de los reyes del primer mundo. Pero también encontraréis el lugar en el que la ciencia y los conocimientos ancestrales se dan la mano y podréis, tras una cena irrepetible, veros reflejados en el mundo de los sueños gracias a las Lágrimas del cerdo trufero.
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Esta historia se sitúa entre México y Estados Unidos, donde los narcos han abandonado el tráfico de drogas por el de animales. Pero no animales normales, sino extintos o nuevas creaciones.
Destacan el racismo entre los estadounidenses hacia los mexicanos, a los que ellos llaman «indios». A los que explotan y torturan siguiendo las tradiciones de una tribu antigua llamada «aranaña». Que yo buscando sobre ella, he encontrado a la «tribu Shuar». Esta es una tribu amazónica que realiza el tipo de acciones que se cuentan en el libro (interesante y desagradable a la vez).

Las lágrimas del cerdo trufero es un debut de Fernando A. Flores. Y aunque es una historia algo arriesgada, cuenta con una estructura y ritmo impecables, compuesta por elementos del realismo mágico latinoamericano.


Debo decir que tengo ganas de releerlo porque no lo he leído en un buen momento, por ello no me ha quedado clara del todo la historia. Lo que si sé con certeza, es que me ha gustado la pluma del autor y estaría encantada de leer en un futuro más obras suyas.

Y para acabar, os cuento una curiosidad que me ha parecido maravillosa, y es que Fernando, ha escrito el borrador con una máquina de escribir. A vosotrxs igual os parece un detalle sin importancia, pero a mí me gusta que aún se escriba con máquina de escribir o mano. Me parece triste que se pierdan esas costumbres, aunque entiendo que un ordenador sea más cómodo.


Os animo como siempre a leer el libro, a descubrir por vosotros mismos si la historia es como la cuento y cual es vuestro punto de vista.