Lo que me apasiona de este libro no es solo la historia de una joven Madame Bovary, entusiasmada por encontrar un amor pasional como los que aparecen en los libros que leía, sino también los conflictos que envolvían la publicación de este libro, considerado "un afronte a la conducta decente y la moralidad religiosa". Madame Bovary no era una criatura angelical, sino un ser humano de carne y hueso encerrado en un libro que se llevó ante juicio. Para muchos críticos es una Quijote con faldas que cae presa de la ficción dentro de su ficción, buscando emular en su aburrida vida las emocionantes historias que leía.
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