Este libro consigue enganchar, gracias sobre todo a Patch y a que el ritmo de la novela es bastante bueno. Se detiene lo justo y necesario en cada momento, tiene unos personajes secundarios que consiguen hacerse un hueco en la novela en vez de pasar desapercibidos, y algunos diálogos bastante divertidos. Por contra, el personaje de Nora, que es quien nos cuenta la historia, me aburre profundamente: se repite bastante, siempre está asustada, es muy poco optimista... Me parece un poco cargante, no es agradable tener que ver una historia a través de unos ojos que no paran de mostrarte una angustia existencial que no tiene ninguna base. En general me gustó mucho, pero si pudiera, cambiaría a Nora por otra protagonista. Con respecto al final, para mí queda bastante cerrado, creo que se puede leer esta novela y no continuar con las demás, pero eso ya es cuestión de gustos y de las ganas que uno tenga de continuar con la historia. |