Aunque no tenía mucha idea preconcebida sobre la obra El Gran Gatsby, lo poco que esperaba no ha tenido mucho que ver con lo que he leído. Es cierto que la historia me ha sorprendido, pero también creo que no ha sido para mí y, lógicamente, no pasa a ser uno de mis clásicos favoritos. Creo que esperaba una especie de Lord Henry (de El retrato de Dorian Gray) y una filosofía más hedonista. Sin embargo, se enfoca en lo misterioso que es Gatsby, descubriendo poco a poco su pasado y su interés en Daisy (todo narrado desde la perspectiva de un personaje secundario, narrador testigo y participante, aunque había veces que me resultaba extraño cómo sabía tantas cosas al detalle en las que él no estaba presente). El final no me gustó, me encantan los finales con mucho drama pero para mí la fastidió la reflexión de Daisy y Tom ("unos descuidados que no se preocupan por el daño que hace, pero por esa misma inconsciencia" ¿hola?) y cómo acaban ellos. Pasando a los otros relatos que vienen en este ejemplar: Ya me sonaba la historia de "El extraño caso de Benjamin Button" (aunque no he visto la pel). El relato me ha gustado, no en extremo pero sí lo suficiente como para disfrutar de la historia. Pero no se le da ningún valor a las mujeres en todo el relato (no sabemos lo que opina la madre de su bebé ni nada) y yo creo que hubiera estado mejor incluir más esta perspectiva. "Volver a Babilonia" es un relato que comienza de forma confusa nombrando tantos lugares que me perdí. Luego ya entendí de qué iba la historia y la reflexión de cómo te persigue el pasado. Con "La tarde de un escritor" y "El último beso" me pasó algo parecido que con el relato anterior. Comprendí lo que el autor quería transmitir pero no me terminaron de llegar sus historias. Por último, este ejemplar contiene ilustraciones que completan la historia (tanto en "El Gran Gatsby" como en los relatos). Me parecieron muy acertadas, tanto en estilo como con lo que representaban, y creo que son de gran ayuda para imaginar las escenas. + Leer más |
Si los 20s de Fitzgerald supusieron que se sentara a la mesa de los dioses en todos los sentidos; fama, amor, lujo, Hollywood, reconocimiento..., los 30s fueron una bajada a los infiernos al puro estilo de Tántalo.
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