¡Huye, Jane, huye!

Ésta ha sido una relectura. Leí este libro por primera vez más o menos cuando se publicó (en el año 1991) y me encantó. Era uno de esos libros que tenía intención de volver a leer en alguna ocasión…, pero la ocasión nunca llegaba. Hasta que Umbriel decidió reeditarlo y yo aproveché para hacerme con la nueva edición. ¿Me habrá gustado tanto como hace veintitantos años? Seguid leyendo y os lo cuento

Jane Whittaker ha ido a la tienda para comprar comida. Pero de repente se da cuenta de que no sabe quién es. Se ha olvidado de su nombre, no sabe dónde vive, si está o no casada, si tiene hijos, ni siquiera sabe qué aspecto físico tiene. Lo único que sabe es que no sabe nada, que tiene diez mil dólares en el bolsillo de su chaqueta y que su blusa está manchada de sangre .

Como he dicho en la introducción, éste libro lo había leído hace casi treinta años. En aquel momento me encantó. Fue, probablemente, el primer thriller psicológico que leí. Ahora mismo es un género que está muy en boga pero antes, creedme, no se publicaban tantos libros de este estilo. No me acordaba de qué iba, tan sólo de que lo había disfrutado muchísimo. Así que me adentré en esta relectura con ganas pero también con un poco de miedo: habían pasado muchos años y mi bagaje lector se ha ampliado un montón; he leído muchos thrillers psicológicos y tenía miedo de que uno tan “antiguo” me supiese a poco. Pero no, ni mucho menos: “Huye, Jane, huye” me ha gustado tanto como la primera vez y Joy Fielding demuestra que sus libros no tienen edad (por algo este libro está ya considerado un clásico moderno del thriller psicológico)

La novela comienza fuerte. Os copio el primer párrafo y decidme si no os da ganas de seguir leyendo:

“Una tarde de un día en que la primavera estaba a punto de terminar, Jane Whittaker se dirigía a una tienda a comprar leche y unos huevos y perdió la noción de quién era”.


Es de esos libros que plantean una cuestión importante ya en las primeras líneas y que hacen que tengas que seguir leyendo porque necesitas saber qué ha pasado. Esa necesidad crece a medida que avanzas y descubres que Jane está manchada de sangre y que lleva muchísimo dinero en su bolsillo. ¿Ha sido Jane víctima de un crimen o, por el contrario, lo ha cometido ella? Todo se complica cuando alguien la reconoce y llama a su marido; un marido al que ella, obviamente, no recuerda. Tiene que irse a casa con ese extraño y aprender a convivir con alguien que no conoce en una casa que siente extraña. No consigue recordar nada y hay momentos en los que cree que se está volviendo loca. Porque las cosas, evidentemente, no hacen más que complicarse.

En cierto sentido, la novela me recuerda a “Los renglones torcidos de Dios” de Torcuato Luca de Tena. Salvando las evidentísimas diferencias, tienen en común una cosa: una protagonista poco fiable. Y no porque nos mienta sino porque ella misma no sabe quién o qué es. Como lectora, me puse inmediatamente del lado de Jane ya que es un personaje con el que es imposible no sentir afinidad. Pero, al mismo tiempo, dudaba de ella ya que ella misma duda. Pero no sólo dudé de ella, también de su marido, de los médicos…, de todo el mundo. Es de esas novelas en las que realmente no sabes qué esperar, en las que todo el mundo puede ser culpable de algo y en las que cualquier cosa puede pasar

Y pasa, sin duda. Pasan muchas cosas. Y hay muchos giros y sorpresas que hacen que no puedas parar de leer y que necesites llegar al final para ver cómo acaba todo

El libro tiene todas las características de un thriller psicológico. Y, como tal, es un auténtico page-turner que no puedes parar de leer (y eso a pesar de que la letra es bastante pequeñita). La trama está muy bien armada y desarrollada a la perfección, con un final redondo


Conclusión final

Es un libro hecho para disfrutar. Un libro que engancha y entretiene, cuya lectura resulta sumamente fácil y adictiva. No os lo perdáis