Si las leyes, la historia, la educación, la religión y la costumbre te han reducido al ámbito doméstico y reside en tu alma la certeza de que eres una criatura indigna e inferior por naturaleza, deberás buscar la razón de tal aberración en otro lugar, ya que no es eso lo que el Creador estableció para ti y así lo he visto escrito con mis propios ojos.
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