Lo que más me gusta son los monstruos

Nada convencional, estas son las primeras palabras que me han surgido en muchos momentos de la lectura de esta gran novela gráfica y es que es extensible a todo, lo vemos en la presentación, en los dibujos, en los textos, en su contenido, en la formas de expresión, en cómo está dibujado, en los colores, en los personajes, en la protagonista tan peculiar y por supuesto, en los monstruos y en cada una de las sorpresas que vamos descubriendo.

Su autora, Emil Ferris, tardó tiempo en terminarlo, mucho tiempo, pero es que lo dibujaba con bolígrafos bic y estando además enferma. Increíble.

Además es su primera novela, que a pesar de ser rechazada en numerosas editoriales, consiguió su publicación en el año 2017, y un gran éxito e innumerables premios. Y, por supuesto, el reconocimiento por parte de la crítica y de grandes autores.

En la actualidad, sigue impactando y gustando mucho. Ahora ya estamos esperamos la continuación, que llegará a España durante los primeros meses de 2024, y eso espero con atención, para poder sumergirme de nuevo con su protagonista, con Karen Reyes, en su mundo y en su diario.

Y es que lo que leemos son las páginas que ella escribe y dibuja y nos presenta, convertida en una mujer-lobo que vestida de detective no cesa en sus investigaciones y nos va mostrando los secretos de cada personaje que aparece.

Y nunca deja de sorprendernos. Porque con ella, experimentamos sentimientos de todo tipo, de pérdida, de amor y desamor, tragedia, dolor y emociones diversas revolotean a nuestro alrededor.


Y además no olvidemos el terror, la clave de Karen, la niña protagonista, que con sólo diez años, nos mostrará el Chicago de los años sesenta en todos sus aspectos.
Así como su mayor deseo, que será descubrir e investigar la muerte de su bella vecina del piso de arriba , llamada Anka Silverberg, que ella cree que fue asesinada y de la que también descubriremos su pasado como superviviente del holocausto nazi y su vida.

También iremos descubriendo la importancia que tiene su familia, su madre y su hermano mayor, Deeze, y el mundo en el que viven, también lleno de secretos y mentiras.

Conoceremos a sus compañeros y compañeras de colegio, a sus vecinos, gran cantidad de personajes secundarios diferentes y variopintos y, con mayor amplitud, sus sueños y sus poderosos monstruos.

Y también iremos al museo y veremos de otra manera los cuadros en los que la pequeña protagonista, no sólo mira, sino que entra, habla , se mueve, piensa y vive intensamente para llegar a comprender los misterios que como dice, se ha pedido.

Abunda el arte , el cine y la literatura , un mundo complejo y los conflictos personales y también mundiales, hay mucho con lo que detenerse a pensar, a reflexionar e incluso a volver atrás de nuevo, volver a leer, volver a mirar para poder asimilar la gran cantidad de aspectos que nos incumben y nos conmueven. Incluso también aflora la sonrisa.

Y todo ello, siempre manteniendo el suspense y el interés por conocer más y mejor a una Karen que vive pensando en los monstruos que nos acompañan, porque no sólo están los que conocemos por las obras , el cine y la literatura, sino los monstruos que pueden llegar a ser los personajes reales.

Y esta es la verdadera intención, la de mostrarnos una sociedad injusta donde la barbarie y lo monstruoso, nunca mejor dicho, tienen su guarida y actuaciones explosivas que acechan, actúan, duelen y hacen daño.

Y hay, por tanto, denuncia social de la situación de los hispanos , de los negros, de los indios, de la situación de las minorías en el Chicago que nos muestra y haciéndonos también asistir a los convulsos años sesenta , donde el movimiento hippie, el asesinato de Luther King también están presentes.

Y así lo veremos también representado en este cómic que alcanza en este terreno, cuotas que nos muestran lo que permitimos que exista, que nos marca y nos separa, que nos hace monstruosos para poder sobrevivir. Y no obstante continuará y lo esperamos para seguir con Karen sintiéndonos diferentes.

Y sí, lo leemos con devoción, y es que en las más de 400 páginas que tiene la obra , sólo veremos una sola vez el auténtico rostro de la protagonista, de Karen. Además de ser una obra llena de detalles significativos, variedad de colores y muchos matices

En definitiva, se trata de una obra original y deslumbrante, donde la protagonista es un alter ego de la propia autora, que ha creado una obra para no olvidar.

Me ha maravillado.

No sé vosotros, pero cuando yo me encuentro un título con el que me siento totalmente identificada, enseguida me intereso por el libro. Si después de leer la sinopsis comprendo que mi primera impresión era la acertada, entonces no tengo otra que hacerme con la obra. Y si tras leerla descubro que la historia era mucho más maravillosa incluso de lo que esperaba, no tengo más remedio que escribir una reseña contándooslo para que vosotros también leáis el libro en cuestión. El de hoy no es otro que Lo que más me gustan son los monstruos, la exitosa novela gráfica de Emil Ferris.
Chicago, 1968. Karen Reyes es una niña muy despierta de diez años que vive con su madre y su hermano Deeze (Diego) en el Uptown, un barrio humilde. A Karen le gusta escribir y dibujar en su diario, las películas y revistas de terror más sangrientas y pensar que es una chica lobo. Tras la muerte en extrañas circunstancias de Anka Silverberg, su amiga y vecina, Karen decide convertirse en detective y averiguar si de verdad se suicidó, como dicen las fuentes oficiales, o fue otra persona la que acabó con su vida. Mientras investiga, la niña no solo descubrirá el oscuro y terrorífico pasado de Anka antes y después de convertirse en superviviente del holocausto nazi, sino también la vida y secretos de sus amigos, sus vecinos, su hermano y hasta su madre. ¿Saldrá indemne tras su investigación? ¿No será la verdad sobre su familia el monstruo más grande que llegará a conocer?
Karen, la narradora principal y protagonista de esta fascinante novela gráfica que se nos presenta como un diario ilustrado a bolígrafo cuyo soporte es su cuaderno escolar, es una chica que vive en un barrio gris en el que se sabe diferente. Tanto, como un pequeño monstruo, de ahí que para aguantar el día a día decida escudarse tras su disfraz de chica lobo al que, tras la muerte de Anka, añade una gabardina y un sombrero de detective.
Karen vive junto a su madre, Marvela, una mujer que ha tenido que criar sola a sus dos hijos tras la desaparición de su marido de la vida de familiar, y Deeze, su hermano mayor, un mujeriego empedernido con el cuerpo lleno de tatuajes pero, sobre todo, un artista del dibujo que le ha enseñado a su hermana pequeña el amor por el arte pictórico.
La narración nos presenta el mundo real en el que se mueve Karen, esa ciudad gris llena de vecinos con actividades sospechosas, alcohólicos, mujeres desesperadas y niños diferentes que han de sobrevivir en colegios llenos de abusones; pero también el fantástico, ese lleno de monstruos con el que sueña y en el que, a veces, vive sus peores pesadillas. Aunque todas las ilustraciones son maravillosas (es imposible no acabar sintiendo cariño por Karen y su mundo), yo destacaría aquellas en las que aparece la bella Anka, pues suelen ser las más terroríficas, las portadas de las revistas de miedo sangriento de la época y aquellas en las que se nos muestran los cuadros que Karen ha estudiado en el museo de Chicago con su hermano, ya no solo por lo bellas que resultan estas versiones, sino también por las lecciones de arte que, sirviéndose de ellas, Karen nos dará.
Mención aparte merece la historia de Anka, una narración secundaria dentro de la principal que nos traslada, de la mano de la propia alemana, al Berlín de antes y durante la Segunda Guerra Mundial para descubrir una realidad monstruosa que nos hará preguntarnos hasta dónde puede llegar la maldad de ciertos seres humanos.
Decía antes que Karen se sentía diferente en su barrio, su colegio y su ciudad. Pronto descubriremos por qué ella se siente así y porqué lo hacen también algunos de sus amigos. Por lo pronto, os adelanto que esta obra pone en relieve tanto la historia de Estados Unidos en 1968 como ciertos asuntos de los que no se habla sobre la Alemania de antes y durante la Segunda Guerra Mudial, así como temas tan atemporales como la homofobia, la xenofobia y la discriminación que sufren las personas que han ejercido la prostitución.
Lo que más me gustan son los monstruos, en definitiva, es una magnífica novela gráfica que nos habla no solo de los monstruos del cine y la literatura, sino de aquellos que nos atormentan, de los que se disfrazan de personas decentes y de aquellos que nos lo arrebatan todo, además de enseñarnos a amar la pintura, a apreciar a todo aquel que es diferente y a comprender que cuando el mundo no nos comprende a veces se necesitan disfraces para seguir adelante. Se trata, pues, de una historia fascinante con un solo defecto: su final no es cerrado, por lo que los que los lectores que nos hemos enamorado de Karen y su mundo tendremos que esperar a la siguiente aventura para saber si ciertos asuntos se resuelven por fin. Mientras ese segundo volumen llega, os animo encarecidamente a que os hagáis con este primero.

Está novela gráfica ganadora de numerosos premios ha sido bastante decepcionante. Entretenida, sí, con unas ilustraciones impresionantes, también, pero no ha cumplido mis expectativas.

Esta novela representa el diario de Karen, una niña que se siente diferente al resto, sueña con ser un monstruo y le encantan las películas de terror y serie B. Vive en Chicago con su madre y su hermano mayor. Es una familia un tanto disfuncional.

Karen nos irá relatando, gracias a unas ilustraciones impresionantes acompañadas de textos, sus pensamientos y sensaciones y también nos presentará a las personas que comparten con ella su día a día.
Karen decide convertirse en detective tras aparecer muerta su vecina. Está convencida de que la asesinaron y decide investigar y descubrir qué le pasó.

A lo largo de toda la trama se van mezclando numerosos temas así como la prostitución, la segunda guerra mundial, el nazismo, el bulling...

Mi principal problema con esta historia es que no he logrado conectar con ninguno de los personajes, he sentido que los temas estaban metidos con calzador en la historia y los misterios que se van presentando me han resultado bastante flojos y nada interesantes. E incluso se me ha hecho lenta la lectura en algunas partes.

He sentido a los personajes bastante planos y me ha resultado muy difícil lograr empatizar con ellos y ponerme en su lugar. He tenido todo el tiempo la sensación de que me faltaba algo en toda esta historia.

Lo mejor de esta historia es claramente sus dibujos, la ilustradora tiene una habilidad magistral para representar las cosas artísticamente hablando. Sólo por esos dibujos merece la pena darle una oportunidad a la obra.
La historia entretiene y aunque no me ha parecido gran cosa y me esperaba algo más absorbente y que me enganchara, los dibujos me dejaban sin palabras.

La historia no queda cerrada aunque se puede intuir por dónde van los tiros.

Menuda pasada de novela gráfica , en serio. Más allá de las ilustraciones -que son una auténtica maravilla- la historia que se nos narra me ha encantado.

A modo de diario, las ilustraciones hacen que parezca que realmente leemos la libreta de anillas de la protagonista, Karen, una niña de 10 años que desea ser un monstruo porque ve en ellos la seguridad que no encuentra en los humanos. Seguridad y esperanza de salvación en un mundo en el que no acaba de encajar.
Ambientada en Chicago en la década de los 60, e intercalando con este diario portadas de revistas de terror, Karen nos cuenta su día a día, pero también intercala otra historia: la de la muerte de su vecina y las investigaciones que ella hará para descubrir lo que realmente pasó. Estas investigaciones abren otra línea en la narración, así conoceremos también la vida de esta mujer que nos trasladará a la Alemania nazi.

Estamos ante una historia de superación y descubrimiento de la propia identidad. A través del refugio que Karen encuentra en los comics de terror, en los monstruos, nos enseñará que al fin y al cabo todos tenemos un monstruo dentro, entendiendo por monstruo que somos diferentes y que eso no es malo, sino todo lo contrario.
Monstruos son los diferentes y los juzgados por serlo. Los diferentes también tenemos derecho a existir y a ser.

Esta novela es un drama, pero sin regodeo. de hecho tiene momentos muy tiernos e incluso que arrancan una sonrisa. También es miesteriosa y detectivesca ¡Lo tiene todo!

Lo que más me ha gustado es la cantidad de temas que se tratan en esta obra y lo bien ensamblados que están unos con otros, destacando la gran inclusión que, a través de sus personajes, consigue la autora: el Holocausto, la guerra de Vietnam, el asesinato de Martin Luther King, la diferencia de clases, la diversidad afectivo sexual, de género, de modelos de familia, de raza, el bullying...

Lo que menos me ha gustado es tener que esperar a la segunda parte para saber el desenlace de varios temas que quedan abiertos en esta primera...ansiosa estoy por que se publique y poder hincarle el diente.
No os la perdáis, os va a ENCANTAR.

Novela gráfica de gran formato. Aparenta ser el cuaderno de dibujo de una niña de diez años, Karen, que se representa a si misma como si fuera un monstruo. El dibujo está realizado a boli, con sombras rayadas, muy logrado y realista.

La protagonista Queta su vida entre fantasmas. Vive en un suburbio deprimido de Chicago. Un día su vecina, una mujer atormentada, bella y amable, aparece muerta y Karen tratará de averiguar qué ha pasado. En su investigación tratará temas como el holocausto, la vida en la periferia de la sociedad, la homosexualidad en la adolescencia, la pederastia…etc

Es sencillamente una maravilla. Está pendiente de una segunda parte que espero que se publique prontamente.

El dibujo está a otro nivel; sucio, a lápiz, algun toque de color disperso. Brutal. ¿La historia? Tenemos a una niña pequeña que nos enseña que los monstruos, en muchas ocasiones, podemos llegar a ser nosotros mismos. Toda la novela gráfica parece sacada de una película, la ambientación del Chicago de los 60 con su decandencia es una gozada, el toque que le da a la historia la afición de Karen por el terror, los monstruos y todo lo de serie b le viene como anillo al dedo. El libro en sí mismo es una maravilla que toca muchísimos temas desde drogas, hasta mafias, guerras y prostitución, pero sobre todo: la búsqueda de uno mismo. A ratos muy crudo y desgarrador. No sé, muy recomendable.

Esta novela gráfica me ha sorprendido mucho porque, a simple vista puede parecer una historia ligera y acompañada de las ilustraciones una narración que se pueda leer en una tarde, pero nada más lejos de la realidad.

Entre sus páginas se esconde una historia muy compleja, con asesinatos, la Alemania nazi, el problema del racismo en la época de los años 60 en EEUU y la inadaptación.

Acompañamos a una niña que lo que más le gusta son los monstruos y por ello, dibujarlos y como, a causa del asesinato de una vecina a la que tenía mucho aprecio, comienza una investigación para saber quién fue el que lo hizo.

Me ha parecido una lectura muy interesante e inquietante, con unas ilustraciones alucinantes, la edición es una maravilla. En resumen, si tenéis oportunidad de leerlo, no lo dejéis escapar.

Impresionante obra de Emil Ferris, escritora, dibujante y diseñadora estadounidense.
Esta novela gráfica fue publicada en 2017 y considerada uno de los mejores comics del año.
Nos cuenta la historia de una niña de 10 años a la que le gustan las películas de terror de serie B, recogida en forma de diario en un cuaderno de espiral, con unas ilustraciones espectaculares con la técnica del bolígrafo, que nos van adentrando en el mundo de Karen y de la muerte de su vecina Anka.
Dentro de la narración se tratan temas muy importantes como el suicidio, el maltrato, el bullying, la violación, el holocausto nazi, la enfermedad, todo visto desde los ojos infantiles de Karen, en un intento de desenmascarar lo que para ella no es un suicidio sino un asesinato y para lo que pide ayuda a su hermano, personaje enigmático que algo esconde, y al compañero de Anka que está sumido en una depresión y bajo los efectos constantes del alcohol.
Esta obra no deja indiferente a nadie, y el trabajo de la autora es encomiable.

"Lo que más me gusta son los monstruos" de Emil Ferris es una novela gráfica tan diferente a todo lo que he leído con anterioridad, que me va a costar hacer esta reseña.
En un cuaderno/diario, Karen Reyes, nos muestra como es su vida en Chicago durante los años sesenta. Es una niña apasionada de los monstruos, de las revistas Pulp y de la investigación de la muerte de su vecina de arriba. Y nos lo muestra de la forma que es más real para ella, convertida en su álter ego, un detective/hombre lobo. Esta caracterización es su forma de protegerse de la realidad, del sufrimiento y le da fuerzas para seguir.
El dibujo es asombroso, hay veces que son simples esquemas y otros la nitidez de las ilustraciones te dejará sin palabras.
En mi opinión, sobran páginas, se me ha hecho un poco pesado. Me ha gustado a partir de la mitad de la novela, cuando descubre un poco más de la vida de la vecina asesinada. Además la historia no acaba aquí, habrá un segundo volúmen que la concluya.

En el Chicago de los años sesenta, la autora nos presenta a Karen Reyes, una niña de 10 años completamente abducida por los cómics pulp de monstruos y las películas de terror de serie B que vive con su madre y su hermano mayor. La inesperada muerte de Anka Silverberg, una de sus vecinas, dejará a todo el edificio en shock y será Karen la que, a través de sus investigaciones, saque a la luz algunos hechos peculiares de la vida de su vecina.

La investigación de la protagonista, que se imagina a sí misma como una niña-lobo vestida de detective, es tan solo la premisa argumental de un libro en el que hay lugar para hablar del Holocausto y la Alemania nazi, del racismo y el bullying, de la transformación de una ciudad como Chicago a finales de los sesenta o de la famila y del paso de la infancia a la adolescencia.

Contada como si fuera su propio diario e integrando a la perfección textos e imágenes, durante sus 700 páginas, somos testigo de cómo la imaginación y el arte sirven de refugio y vía de escape del mundo real. El único respiro de la protagonista es el arte, al que accede gracias a su hermano, un artista bohemio que logra disparar su imaginación.
Enlace: https://www.instagram.com/p/..