Piscinas vacías

Piscinas vacías es el primer libro de Laura Ferrero, con el que consiguió el éxito de la crítica literaria y de los lectores. Rara vez me fijo yo en lo que dicen los expertos que dictan sentencia en el mundo editorial porque no solemos coincidir pero esta vez no hemos podido estar más de acuerdo. Según los periodistas expertos de ABC o El Correo Vasco, Laura Ferrero se convirtió en la autora revelación de 2016. Sé que llego a sus letras con un par de años de retraso pero bienvenidas sean a mi vida porque tengo claro que continuare leyéndola.

¡Qué difícil explicar de qué va esta obra y por qué te toca dentro! No es fácil entrar en un libro de relatos, especialmente si no estás acostumbrado a ellos como era mi caso. Es más, tengo que admitir que, cuando empecé a leerlo, no recordaba si este libro era su ópera prima con relatos o la novela que publicó posteriormente. Sin plantearmelo demasiado y como lo tenía en formato electrónico, decidí no investigar y lanzarme a la piscina con él (nunca mejor dicho). Y siento seguir con el símil veranigo pero me sumergí en su primera historia mientras una tormenta me calaba por fuera (malditas tormentas de verano). Estaciones de tren nos hace un avance de lo que podemos encontrar a lo largo del libro, personas estancadas en una vida que no les hace feliz, "en un complaciente punto medio", muy cómodo para llevar una vida estable pero no siempre satisfactorio. La dificultad de saltar al vacío y dejarse llevar cuando de tu felicidad dependen los sentimientos de otros. al acabarlo, me supo a poco y deseé que la historia tuviera un segundo capítulo pero según avanzaba me di cuenta que no era así. Quizá fuera lo mejor, quizá ciertas historias se queden a medio como me quedé yo. Pero el siguiente relato también me tocó dentro con pérdidas de quién nunca estuvo u otras pérdidas familiares no menos dolorosas. Si seguimos pasando páginas, encontramos desengaños amorosos, rupturas familiares, consejos de quien menos esperas, relaciones tóxicas, historias de parejas, abuelos que recuerdan los buenos momentos con sus nietos, segundas oportunidades, familiares desestructuradas con miembros que no se conocen o veranos de la infancia que marcan para siempre.

Todas son historias independientes que consiguen transmitir tanto en poco más de tres o cuatro páginas. Si tuviera que definir los relatos en su conjunto diría que hablan de pérdidas en el más amplio sentido de la palabra. Pérdidas emocionales, ausencias, salud, amor, paso del tiempo, familia... pero al fin y al cabo, pérdidas. En cierto sentido, me ha recordado a Esto también pasará de Milena Busquets, por esa escritura introspectiva que refleja que lo complicados que son los sentimientos. Como dice el propio resumen editorial, una historia de amor propia que no siempre sale bien.

No quiero desvelar mucho más pero Piscinas vacías me ha encandilado por su sensibilidad y su sencillez. Con una escritura intensa, intimista y evocadora, te toca muy dentro y te deja con ganas de más. Mi consejo es que no devoréis todos los relatos de golpe. Degustadlos poco a poco para saborearlos mejor y reflexionar sobre ellos. Por mi parte, estoy deseando volver a la prosa de Laura Ferrero en su novela Qué vas a hacer con el resto de tu vida, pero puede que deje pasar algún tiempo para no saturarme.
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«Quién pide ayuda está, en el fondo, pidiendo esperanza». Hasta que leí esta frase en uno de los relatos que albergan estos títulos de Laura Ferrero, nunca me había dado por pensar que cuando una persona pide ayuda está, en realidad, suplicando por un atisbo de fe. Me dio por pensar en todas las ocasiones en las que conté mis pesares, sintiéndome pesada, tras algunas decepciones.

El relato representa, de manera minuciosa y objetiva, una realidad muy concreta: la vida cotidiana y los problemas de la sociedad.

«La literatura se parece a la vida, pero no es la vida, y quien las confunde paga, a veces, incluso con su propia vida». Pero aún así, sabiéndolo, hay literatura que duele y agarra, que te retrata como persona. Te rasca por dentro.

Estos relatos son miedos, alegrías e inseguridades, las tuyas y las mías. Es muerte, porque la muerte también forma parte de la vida. Es el olvido y la resignación del tiempo contra el que no se puede luchar.

Estos libros te devoran. No solo por sus historias, es la forma de contarlas.

Son islas, reales o inventadas: «En realidad, un archipiélago está unido por lo que nos separa, y así ocurre con las personas». En los cuentos de estas dos obras, "Piscinas vacías" y "La gente no existe", ya no hay islas donde naufragar.

Por los sueños de lo real y cotidiano va, ligero de equipaje y sobre un cascarón de nuez, el corazón... emprendiendo un viaje.

Tras haber devorado hace unos meses La gente no existe, último libro de Laura Ferrero, tenía la necesidad de disfrutar de nuevo con alguno de sus textos, y sabiendo ya de antemano que me iba a gustar, me hice con Piscinas vacías, otro libro de relatos que ha hecho que me emocione y se posicione como otro de mis favoritos leídos este año.

En este libro no te encontrarás con heroínas ni personajes fantásticos, sino que te cruzarás con personas como tú y como yo, cada una de ellas especiales por las situaciones cotidianas en las que se encuentran del día a día. Un libro sobre la vida, sin más, con una forma excepcional de describir que tiene la autora a la hora de congelar el momento preciso y desgranarlo de tal forma que puedes encontrarte a ti mismo entre sus textos, sentirte identificado y ser protagonista de alguno de los relatos.

Con esto quiero decir que en cada uno de los 26 relatos, breves pero intensos, por los que está compuesto el libro, se le presta especial atención a las pequeñas cosas del día a día.

Se aborda un tema recurrente durante varios de sus relatos como es la pérdida, ya no solo sobre la muerte, sino la pérdida del amor y la nostalgia como es en el caso del relato titulado Sofía, que ha logrado que se me quede el corazón entre sus páginas y he tenido que volver a releerlo varias veces.

Ya puse por Instagram las instrucciones para leer este libro; leer despacio uno de sus relatos, subrayar frases, dejarlo reposar para asimilarlo y disfrutarlo, ya que se te queda bien dentro cada uno de sus textos. Aunque he de admitir que según avanzaba, ha sido imposible hacerlo así. Una vez acababa uno, sentía la necesidad de leer otro más, y así.. hasta devorarlo.

Tan solo queda recomendarte ya no solo que leas este libro, sino a Laura Ferrero a través de sus otras publicaciones y así consigas descubrir la gran sensibilidad con la que escribe esta autora, que para mí, ha sido un gran descubrimiento.
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Piscinas vacías es un libro de historias breves pero que resultan imprescindibles. Un libro para desgranar y saborear lentamente. Cada historia te deja un pellizco en el estómago, te hace vibrar y reflexionar sobre la vida, pero sobre todo sobre el amor. El amor vivo, el muerto, el no vivido... El amor en todas sus formas. Una lectura deliciosa que no deja a nadie impasible.

Relatos que te cogen, te atrapan y te exprimen. Historias cotidianas que se sienten como propias. Palabras que te sacuden por dentro y te hacen añorar aquello que nunca llegó a ser, que nunca será. ¿Por qué surge el amor?, nos pregunta la autora. Una pregunta que tiene difícil respuesta. El amor escapa a nuestro control, se nos mete dentro, nos da la vida, pero muchas otras veces también nos la quita. Disfruten con su lectura.