Cartas a Sandra

3 estrellas dudando mucho con 2…
Reconozco que me compré el libro por el título y que en mi contra ha jugado el haberme hecho una idea previa de lo que me iba a encontrar, pero no he conseguido entrar en ellas.
Cartas escritas de Paulo a Sandra después de la muerte de esta. Esperaba sentimiento puro y desgarrador y no lo he encontrado.
He encontrado un amor obsesivo e irracional de un hombre solo hacia una fría y distante mujer que su memoria se niega a olvidar, pero cuyo recuerdo no es precisamente embriagador…
No es lo que esperaba por cómo está escrito, no veo esa sinceridad y desesperación con la que uno invoca al ser amado cuando ya no está… no se, no lo he pillado.
En la introducción escrita por su hija, nos habla de amor de su madre a su padre, pero en las cartas no se entiende así, a ella se la dibuja como una mujer fría y distante, carente de emoción que vive el matrimonio como un trámite más, rompe las cartas de adolescente porque son una tontería pasada, no acepta la gogó de su novio y rompe con él por dársela, hasta el sexo parece más consentido que deseado… vamos un regalo de matrimonio.
Aunque entiendo y me enternece la necesidad de él de escribirle cartas ( aunque queda claro que en vida eso a ella le importaba un caraj…), las cartas no me trasmiten amor, están escritas como de cara a la publicación, por lo que me falta naturalidad y eso me resta mucho.

Frases que puedo destacar…

Un día te oí… dijiste mi nombre muy claro y yo te dije estoy aquí. Pero no dijiste nada más y yo me quedé tenso esperando y casi me ahogo.

Volveré a escribirte para que vuelvas a existir en lo que escribo de ti.

Hay en mí una lucha entre el deseo de olvidarte y de enloquecer contigo.

Es hora de que la tierra se libre de lo viejo y lo excedente… y siempre embargo, es necesario que yo exista para que también existas tú, no sé si lo has pensado alguna vez.

Hoy al despertarme me he quedado horrorizado al ver que de noche me había deslizado hacia el centro de l cama. Me había acostado como siempre en mi lado, para dejar libre el tuyo en caso que decidieras volver y te acostaras. ¿Porque he ido al centro de la cama?, y sólo encuentro como repuesta que hayas muerto para siempre. Y me he quedado horrorizado de mi liberación. No te vayas todavía.

Te apreté la mano y tú apretaste la mía y sentí la evidencia de que nada nos podría separar.

El poeta Vergílio Ferreira escribe a su mujer tras su muerte y su amor intenso y frágil se hace presente desde la saudade, la delicadeza y el apasionamiento, pero sin caer en manidos tópicos. Si el amor y la soledad se pudieran resumir sería en algunas frases de estas cartas. La voz de Paulo firmándolas me acompaña semanas después de leerlas.