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Sigo defendiendo lo que ya dije del anterior libro: esta saga no va a ser la saga de mi vida, pero reconozco algo. Engancha. Y mucho. Desde que lo empecé a leer no he podido parar. La autora tiene una manera de escribir que logra que el lector se implique totalmente en lo que Lenú y Lila pasan y sufren a lo largo de las páginas de su novela. Si el libro anterior me pareció muy denso, por la gran cantidad de sentimientos y sensaciones que jalonaban sus páginas y su fuerza y complejidad, éste me lo ha parecido incluso más. Ha habido momentos en los cuales tenía que parar de leer para poder procesar todo lo que acaba de leer en él, era como si tuviera que tomar aire para poder asumirlo todo correctamente. Ahora las relaciones entre las dos protagonistas y los secundarios que las rodean se vuelven incluso más complejas de lo que ya eran. El entorno que las rodea sigue siendo un protagonista más de la historia, una jungla poblada de personas, un complejo microcosmos en el que las envidias, los odios, la pobreza y la brutalidad son parte integrante de la cotidianidad de sus habitantes. Y ahora Lila y Lenú no solo tratan de sobrevivir dentro de este universo o de salir de él , son parte integrante del mismo, sus acciones tienen un profundo impacto en el mismo, inciden en él. Aunque ahora pillo mucho mejor quién es quién dentro de este universo, sigo sigo perdiéndome con algunos de estos personajes, ademas, como he mencionado antes, las relaciones entre todos estos caracteres se vuelven más complejas ya que muchos de ellos se casan o establecen otro tipo de relaciones entre ellos diferentes a las que tenían en el primer tomo de la saga. Y al igual que en este libro, en esto tiene mucho que ver la propia prosa de Ferrante, brutal e incisiva como un cuchillo. En esta historia creo que uno de los puntos uno de sus puntos principales es como demuestra sin ningún tipo de maquillaje como era la situación de la mujer en el matrimonio respecto al maltrato de sus cónyuges, y la vida de los obreros en la Italia de la época. Por otro lado aunque el argumento, en si mismo, sigue siendo muy lineal, en este libro creo que mejora mucho, ya que el triángulo amoroso que se establece entre las dos amigas y el personaje de Nino le da mucha chispa. de todas maneras, hay que reconocer que en esta saga el argumento es la propia amistad entre las dos chicas, todo lo demás, muchas veces carece realmente de interés. Es una amistad tan cruda, tan compleja, tan fuerte, y tan bonita que duele hasta leerla y que no puede dejar a nadie indiferente, implica al lector a muerte en lo que viven en esta historia. En esto será muy importante el ver como las dos jóvenes pierden definitivamente cualquier rastro de inocencia infantil y empiezan a dar sus primeros pasos dentro del crudo mundo de los adultos. Este crecimiento se ve especialmente en el personaje de Elena, mientras que Lila… Lila sigue con su conducta volátil, siendo la misma que siempre, que en este caso debe intentar sobrevivir a un matrimonio sin amor, en el cual desprecia al hombre con el que se casó en las últimas páginas de “La amiga estupenda”, y que además la maltrata psicológica y físicamente. Eso no quiere decir que su historia o personalidad se queden estancadas, ojo. Ni mucho menos. El personaje de Elena es una gozada de leer, tanto como narradora como actuando como protagonista. Uno de los grandes aciertos de Ferrante es que vemos todo desde el punto de vista de Elena, pero también logra que nos demos cuenta de que hay muchas cosas en las cuales ella no es parcial o tiene un punto de vista muy sesgado, por lo que no siempre es una narradora fiable. Por otra parte, aunque es un personaje muy humano y lleno de matices, sé que hay muchos lectores que pueden coger la manía o no sentirse identificados con ella debido a la pasividad que demuestra en ciertos momentos de las novelas. Por eso yo creo que es un personaje que solo puede gustarte si alguna vez has coincidido con ella con su forma de actuar, pensar o sentir. Muchos lectores pueden empatizar con ella, pero no todos pueden conectar con ella. Yo reconozco que como a mí muchas veces me siento identificada con ella. Me resulta muy fácil ponerme en su piel, y por eso es un personaje que me gusta mucho y me da cierto placer y alegría ver como logra salir del barrio , y alejarse de toda esa brutalidad y prosperar en la vida. El personaje de Lila es harina de otro costal. Yo hay veces que siento ganas de tirarle de los pelos, os lo digo en serio, ya que se me parece que muchas veces es una auténtica egoísta, y no puedo entender porque actúa como actúa en muchas ocasiones. Me parece que es un personaje muy volátil, siempre con esas idea de que el mundo la debe algo y su victimismo dramático. Pero también creo que es una de las grandezas de esta novela es que crea personajes tan humanos que muchas veces sientes ganas de darles un abrazo y de confortarles, y otras de emprenderlas con ellas a bofetones. Y a Lila hay que reconocer la que tiene una fuerza y una energía vibrante que traspasa a las páginas de la novela y que casi es poesía, y que contrasta fuertemente con la serenidad de Elena, dandole chispa a la trama. Además creo que la técnica narrativa de que me ponga sus pensamientos en unos cuadernos y que luego se los dé a Elena es todo un acierto, ya que nos permite descubrir que siente o que piensa en muchas de las situaciones que aparece en el libro. Algo que a mí me fallaba mucho en la primera parte de esta saga. La historia en este segundo libro avanza, y mucho, con la seguridad y velocidad del paso de un tren. Y en esto también tiene mucho que ver como muchos de los secundarios acaban ganando más relevancia en la trama, y la autora les otorga mucha más personalidad de la que tenían en el primer libro, incidiendo en sus propias historias y problemas, que no dejan de ser los telones de fondo de lo que es la trama principal de la historia, Y que permiten incidir en la idea de que toda la historia es un fresco de la sociedad italiana de los años 50 y de las condiciones de vida de un barrio obrero del Nápoles de la epoca. Personajes como Alfonso, Pinuccia o las madres de Lenú y Lila no pueden dejar de dar ternura y pena. Luego hay otros que es imposible quererles u odiarles plenamente porque son absoluta y completamente realistas y humanos, como los hermanos Antonio y Ada, víctimas a su modo de sus circunstancias y su herencia. Y luego están los puntos negros en este tapiz de grises que es la historia, los que odias a muerte como Stefano, los Solara o los Sarratore (padre e hijo). No sé a cual de todos de puede odiar más, en serio. Definitivamente creo que esta es una saga que tú no puede dejar indiferente a nadie, y que todo el mundo que la ley queda marcado de por vida. Creo que hay pocas historias en la actualidad con todo este grado de brutalidad y belleza a partes iguales. |
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