La amiga estupenda

Esta es la historia de una amistad entre dos niñas. También es la historia de un humilde barrio napolitano de los años 50; y, en realidad, es la historia de cualquier barrio después de una guerra.

Ferrante relata, en este primer volumen de la saga «Dos amigas», la infancia y la adolescencia de Lila y Lenù. Ellas son el ejemplo de lo que puede llegar a marcar vivir en un lugar en el que abundan el machismo, la violencia, los vestigios del fascismo y el vasallaje a los poderosos; y, en cambio faltan las oportunidades para prosperar y labrarse un futuro. La suya es una lucha por sobrevivir en este entorno hostil sin renunciar a sus aspiraciones. ¿Lo conseguirán?

La autora ha creado unos personajes de gran profundidad psicológica. La amistad que existe entre las dos amigas está llena de altibajos: celos, rivalidad, admiración, cercanía, distancia y, sobre todo, amor incondicional; resumiendo, Lila y Lenù tienen una amistad real y cada una crea su mejor versión gracias a la otra.

Tenía mucha curiosidad por conocer de primera mano qué tiene Elena Ferrante que tanto gusta. Creo que ya lo sé: tiene la capacidad de universalizar un barrio y una amistad entre dos amigas estupendas consiguendo así que los lectores nos reconozcamos entre sus páginas.

«En ese momento supe lo que era la pleble con mayor claridad que años antes cuando la Oliviero me lo había preguntado. La plebe éramos nosotros. La plebe era ese disputarse la comida y el vino, ese pelearse para que te sirvieran el primero y mejor, ese suelo mugriento por el que los camareros iban y venían, esos brindis cada vez más vulgares. La plebe era mi madre, que había bebido y ahora se aflojaba apoyando la espalda contra el hombro de mi padre, serio, y se reía con la boca abierta de par en par de las alusiones del comerciante de metales.»