No suelo dar a los relatos infantiles una nota tan baja pero, esta vez, no me queda otro remedio. Aunque me parece original la idea de Santiago Fernández Gallego y seguro que a los niños les gusta la historia, la cantidad ingente de faltas que contiene este pequeño cuento, y el desconocimiento casi absoluto del uso de guiones por parte de su autor, es tal que no mencionarlo sería hacer un flaco favor a aquellos padres que comprenden la importancia que estos libros tienen en el aprendizaje de sus hijos. Cómo vamos a enseñarles a escribir correctamente si los cuentos que les compramos tienen tantos fallos. Es una lástima porque La, le y Li y su aventura con un Halloween diferente tiene muchos aspectos positivos, pero necesita un buen repaso ortográfico. |