Arai no es nombre de perro

Tengo que empezar la reseña recomendando fervientemente este libro porque es de lo mejor que he leído últimamente y me parece una gran obra. Si que es verdad, que el final me ha flaqueado un poco pero se lo he pasado por alto por todo lo que me ha dado y me ha hecho sentir este libro. La sensación durante y tras la lectura ha sido increíble.

Es una novela narrada en tercera persona que nos muestra la vida de Arai, empezando con él pequeño. Un personaje al que le tomarás cariño enseguida y que va mostrando sus momentos importantes de la vida que lo llevan a recorrer un camino donde va a ir encontrando palabras que marcarán su vida. Esta novela me ha hecho reflexionar sobre las palabras que han marcado la mía, y aunque al principio pensaba que había solo una, hay varias, aunque la primera destaque más que el resto. Mi palabra es de 13 letras: Independencia. Una palabra que ha significado un antes y un después para mí. ¿Sabéis cuál o cuáles son las vuestras? Pues os animo a leer este libro y a buscarlas.

Los personajes me han encantado, empezando por Arai, al que más vamos a conocer. Y aunque sabemos lo justo, también me ha gustado mucho Laia.

Otra de las cosas que me ha enamorado de esta novela es el leer sobre fotografía, y sobre todo por la de antes, la analógica. Ahora todo es digital y echamos muchísimas fotos para quedarnos con una. Antes, con los carretes no era así. Tenías que tener muy claro que ibas a fotografiar y como. Se usaba mucho más que ahora el encuadre, la luz... Cosas que se han olvidado y cualquiera con una cámara o con un móvil ya es fotógrafo. Leer este libro ayuda a saber mucho más. Y sobre todo una cosa muy importante que aparece, cuando viajas a sitios es tan importante fotografiar a las personas como los paisajes. Porque las personas también le dan belleza al lugar.

Y podría contaros muchas más maravillas de este libro, pero lo mejor que puedo hacer es recomendarlo. Animaros a que os adentréis en él y lo descubráis.