Me ha encantado el aire costumbrista que rezuma la novela. Es un libro que se lee enseguida y está lleno de humor y de añoranza por una época perdida, esos teatros que iban por los pueblos, esos actores que vivían de pensión en pensión, debiendo dinero y pagándolo cuando podían, pasando hambre, pero sin faltar el humor y las situaciones comprometidas con la competencia. Son unas historias dignas de leer, os lo recomiendo mucho!!
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