Un cadáver con clase

En cuanto salió este libro quería leerlo, el primero realmente me gustó mucho, tanto la narrativa como la historia, así que esperaba un poquito de más de lo mismo, pero si bien el estilo narrativo (obviamente) es el mismo, este libro me ha quedado a deber un poco.

Nuestra protagonista Luisa continúa trabajando para la familia Mitford y en esta ocasión se ve envuelta en un asesinato donde se culpa a la doncella de otra familia adinerada y amiga de Luisa del mismo.

Si bien la trama policíaca es interesante, el libro se sitúa más en la vida desenfrenada de la buena sociedad Londinense en la época de los años 20's, al principio me parecía a mí que la autora se esforzaba mucho para establecer el ambiente sin llegar realmente a lograrlo, pero mientras se avanza en la trama, no puedo más que decir que realmente ha logrado pintar perfectamente la época, el desenfreno de la juventud donde las mujeres empezaban a fumar, a ser independientes pero que al mismo tiempo no tenían esa buscada libertad, la cadencia de la música, el desenfreno de los salones de baile, las fiestas donde había alcohol y otras cosas en pos de esa búsqueda de libertad de unos y la pose hedonista de otros, la distinción de clases sociales y la necesidad de destacar y pasar a ser parte de una sociedad que en Inglaterra siempre mantuvo a los criados y sirvientes como si fueran de otro mundo.

Toda esa parte social de la época está contado de manera deliciosa, la parte de la trama policíaca, no tanto, me ha quedado a deber un poco, pero claro que eso lo hago comparando con el primer libro, de otra manera tal vez estaría diciendo algo muy diferente, la trama es ligera, mucho muy ligera, muy del estilo literario policial inglés clásico.

El libro me ha gustado, lo he disfrutado mucho aun y cuando me ha parecido que no está a la altura del primero

Hace un año quedé prendada por el mundo entretejido por laescritora Jessica Fellowes en Los crímenes de Mitford (reseña), inicio de una saga detectivesta donde nuestra autora mezcla personajes reales y ficticios teniendo siempre en el epicentro de sus tramas a las escandalosas hermanas Mitford. Sin embargo, estás no son más que un mero reclamo, puesto que su obra está resultando mucho más ambiciosa y profunda, ahondando en temas como la diferencia de clases y destacando el papel de mujeres reales digas de ser recordadas.

En Un cadáver con clase nos reencontramos de nuevo con Louisa Cannon como protagonista. Louisa, niñera de Pamela Mitford, debe cuidar de ella durante la fulgurante fiesta celebrada con motivo de su decimoctavo cumpleaños. En medio de un inocente juego de la búsqueda del tesoro, uno de los invitados aparece asesinado y todas las pruebas señalan como autora del crimen a Dulcie, doncella personal de la hermana del fallecido. Louisa cree en la inocencia de Dulcie, por lo que emprenderá su propia investigación y pedirá su colaboración en el caso al sargento de policía Guy Sullivan (al quien también conocimos en el primer libro). Sin embargo, Guy estará inmerso en su propia investigación, ya que la policía va tras la pista de la Alice Diamond y su banda Las Cuarenta Ladronas.

La novela avanza sin prisas pero sin pausas, por lo que nuestro interés no decae en ningún momento. Ambas tramas expuestas antes, se entrecruzan a lo largo de una narración brillante. Nuestra autora despliega todo su potencial narrativo regalándonos una fascinante novela de intriga con una ambientación magnífica, que traspasa sus páginas y que nos envuelve por completo. Sin despeinarse, la autora nos zambulle de lleno en el glamour de las fiestas de alta sociedad de los años viente y, a su vez, en los más oscuros y siniestros callejones londinenses, donde el esplendor y el la flor y nata son sustituidos por la miseria más absoluta.

Alice Diamond (izquierda) y Pamela Mitford (derecha). Mujeres policías arriba
Fellowes no sólo crea a unos personajes fantásticos y elabora una trama inteligente y adictiva, sino que además nos desvela la vida de personas de carne y hueso totalmente desconocidas para el gran público. Tal es el caso de Alice Diamond y su banda, las cuales fueron completamente reales, y se convirtieron en un verdadero dolor de muelas para la policía. Es admirable el modo en que se reivindica la figura una de las primeras mujeres policías de Inglaterra, como fue Mary Moon.


Un cadáver con clase de Jessica Fellowes es una novela policíaca e histórica, de prosa exquisita y elegante, que nos trasporta a otro tiempo a otra realidad y logra convertirse en una lectura sumamente adictiva. Recordaros que Fellowes fue también la escritora oficial de las novelas de Downton Abbey y sobrina del creador de tan magnífica serie (cuya película se estrenó este mes y que estoy deseando poder ver). Una lectura altamente recomenable. ¡Mil gracias a Roca Editorial por el ejemplar!
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Un cadáver con clase me ha parecido una novela de intriga, inteligente y elegante, que nos lleva a una época glamurosa en el Londres de 1925 y nos enseña tanto esa aristocracia a través de los Mitford como la vida en un lado muy diferente de la ciudad, y lo que tiene que ver con esa parte real de la historia, el sindicato de criminales femeninos, Alice Diamond y las cuarenta ladronas. Louisa es el nexo de unión entre esos dos mundos, no tan distintos como parecen, y a través de ella y añadiendo sus propias dudas sobre su vida actual y la que podría haber llevado, seremos testigos de un asesinato, de la acusación de una doncella y su posterior encarcelación, y la investigación que realizará la propia Louisa, apoyada por las hermanas mayores, y por Guy Sullivan, quien hace gala de su carácter deductivo para resolver de forma satisfactoria los escollos que se presentan.

Mientras se nos va planteando el caso y la investigación avanza, tenemos todos los datos que acompañan a una magnífica ambientación para situarnos en esos años entre guerras: los sirvientes, la clase alta, esa aristocracia que comienza a perder en cierta manera su estatus pero que continúa llena de poder, las clases trabajadoras, el papel de la mujer, las diferencias sociales, más por educación y opciones que por la sociedad en sí, palpable entre Louisa y sus compañeras trabajadoras y las hermanas Mitford, que viven en un mundo privilegiado al alcance de muy pocos. Tal y como me ocurrió en la anterior novela, percibo un gran trabajo por parte de la escritora en este sentido, ya que es capaz de mostrar todo esto de una manera natural que facilita el disfrute mientras lees.

Además, si a uno le da por medio investigar anécdotas sobre las hermanas y su infancia en la casa de campo en la que vivían, y sobre su futuro, será consciente de esos pequeños detalles que la autora deja en el libro que tienen relación con la realidad de esta familia. Un ejemplo sería el amor de Pamela Mitford por los caballos y la vida en el campo, algo que condicionará su vida futura; o la creencia que tenían algunos miembros de la familia sobre temas paranormales y sobre la existencia de fantasmas en la vivienda. Esta es otra demostración de cómo la autora crea a partir de la realidad, confiriendo a esta historia de ficción una parte veraz y creíble.

Aunque se puede leer sin haber leído el libro anterior, disfrutando sin problema de la historia y de la trama, quizá se perderían algunos detalles de la personalidad de Louisa, del porqué de sus dudas y de su relación inicial con Sullivan. También nos faltaría la presentación de la familia Mitford y ese quién es quién que ayuda a situarles y a verles como familia. Todo esto no afecta en sí al caso, a lo que ocurre, a quien muere, a quien está implicado y a la resolución, siendo solo cuestión de matices.

Se podría decir que este es el libro de Pamela, la segunda hermana, que acaba de cumplir 18 años, pero la presencia de Nancy como hermana mayor, más atrevida y descarada, es importante, porque de alguna manera tira de su hermana y encauza ciertas partes de la trama.

Como ya os he dicho, ha resultado ser un buen libro de intriga e investigación donde la acción se va desarrollando de manera cómoda y fluida, si bien no ocurren muchísimas cosas que te desubiquen. Sigue estando muy presente la época (1925) y esa momento donde la separación entre la clase alta y la trabajadora es marcada pero no de una manera insalvable, como era antes.

Con la boca pequeña y sabiendo que puedo equivocarme, os digo que he visto ese aire elegante de las novelas de Agatha Christie. En las últimas páginas tenemos uno de esos finales de fiesta similares a los que montaba Poirot a la hora de resolver su caso, siendo este un guiño amable en el libro hacia este tipo de literatura. A esto le añadimos la locura de los años 20, el jazz, los vestidos, las cintas del pelo, los peinados a lo garçon y ese recuerdo remanente de la época victoriana en los más mayores, frente al que se rebelan los más jóvenes.

Lo importante de la novela, para mí, no ha sido averiguar cómo se produjo el asesinato, aun siendo algo que me apetecía saber y que yo ansiaba conocer, leyendo cómo se iban precipitando los hechos que me llevaron hasta ese final. Mi objetivo era acompañar a Louisa en su vida, en sus dudas sobre su existencia, en ese no encontrar su sitio en la sociedad, a la vez que era testigo de cómo un inspector, pensando y a través de un proceso deductivo, llega hasta la conclusión de quién ha sido el asesino, o asesina, y de cómo le gustaría que fuese su vida; y, confieso, seguir sabiendo más de las hermanas Mitford.

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Es la segunda entrega de la serie ‘Los crímenes de Mitford'. El año pasado tuve la suerte de disfrutar con el primer libro. Si pincháis en el título iréis a su reseña.

La serie continúa con las aventuras de Louisa Cannon y Guy Sullivan. Louisa sigue de niñera en la estilizada mansión ‘Mayfair' de Ashthall Manor en Oxfordshire al cuidado de las seis hermanas Milford. Y han pasado ya cinco año al servicio de la familia. Guy Sullivan, es policía desde hace tres años. Uno de verdad, no de los ferrocarriles como antes. Louisa y Guy en estos años no se habían visto mucho, aunque se escribían a veces y disfrutaban de sus amenas cartas.

Corre el año 1925 y una de las hijas de la familia Mitford cumple 18 años. Para celebrarlo su hermana mayor Nancy decide organizar una fiesta e invita a todos sus amigos a la casa familiar donde se organiza una búsqueda del tesoro, un juego de moda en aquella época entre los jóvenes de la alta sociedad. Un juego que terminará con la trágica muerte de uno de ellos. Por otro lado, el detective Guy al que le han asignado una nueva compañera, Mary Moon, tratan de detener a la banda criminal de Alice Diamond y las Cuarenta Ladronas.

Así comienza esta segunda entrega ambientada en el siglo XX. Uno de los puntos fuertes de estos libros es la conseguidísima ambientación en la que se retrata una sociedad que dista un abismo entre ambos mundos, la clase social alta londinense y la clase baja.

Una vez más, Jessica Fellowes, nos sumerge en una historia en la que prima la inteligencia y la tranquilidad para poder ir sacando conclusiones a partir de las pistas que se nos van dando para resolver el caso de asesinato.

El estilo narrativo de la escritora sigue siendo maravilloso. La elegancia al narrar sin perder la sencillez ni caer en lo redundante es una de las cualidades que más admiro en un novelista.

Los personajes estrellas siguen siendo Louisa Cannon y Guy Sullivan pero, en esta ocasión, encontraremos una gran cantidad de personajes. Debemos estar atentos si no queremos perdernos los detalles para luego ir sacando nuestras propias conclusiones.

El motivo del asesinato como el autor o autores materiales de los hechos no lo conoceremos hasta la mismísima última página. Aunque ya estoy curtida en estos lares no encontré una pequeña fisura para poder descubrir al culpable.

Según vayamos entrando en la historia vamos encontrando un crecimiento personal en personajes como Louisa y Guy. Hasta ahora eran personajes de un libro pero, de pronto, me parecieron muy reales. Me ha encantado encontrarme de nuevo con esta pareja.

El final me sorprendió por lo que anteriormente he comentado. No supe deducir ni resolver el caso. Sigo siendo una pésima detective. Además Louisa propone sorprendernos en el siguiente libro.

El único ‘pero' de esta novela ha sido no poder leerla en periodo navideño. Es una lectura ideal para las vacaciones de Navidad.

Estoy segura que terminará siendo una serie de televisión tan exitosa como la serie dramática de ‘Downton Abbey' de Julian Fellowes tío de Jessica Fellowes.

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El libro me gustó mucho, pero me gustó más el primero, me da mucha que no vayan a salir los demás libros de la colección en español, ya que es una lectura que disfrute mucho y hasta el final no conseguí saber quién era el asesino, sin duda me parece que es un misterio a la altura de Agatha Christie.

Bastante más floja que la primera parte. Se me ha hecho algo pesado y tendré que ver si decido leerme el siguiente o no.

Un cadáver con clase es la segunda entrega de la serie Los crímenes de Mitford. La vida de la adinerada familia Mitford sigue, las hermanas crecen y con ello llega el momento de que la adorable Pamela empiece a frecuentar la vida social en compañía de su hermana Nancy. Para su 18 cumpleaños preparan una gran fiesta con todas sus amistades que culminará con el juego de moda: La búsqueda del tesoro. Lo que promete ser una velada inolvidable, se convierte en algo imborrable con la muerte de Adrian Curtis. La culpable es una de las criadas, pero hay algo que no encaja bien y despierta una gran inquietud en Louisa, la doncella de las hermanas Mitford.

La trama de Un cadáver con clase es buscar cualquier pista para descubrir la verdad. En escena aparece el simpático Guy, que tras conseguir ser policía (su sueño hecho realidad) se encuentra encerrado en las cuatro paredes de la oficina, pero lo que él sueña es patear las calles para encontrar a los delincuentes y así conseguir el soñado prestigio. Guy aprovecha el momento cuando la comisaría se ve desbordada por una serie de robos y sin dudarlo se ofrece voluntario para recabar cualquier dato que ayude en la investigación. Ahora con un objetivo marcado y con su gran vivacidad se adentra en un mundo peligroso y emocionante pateando cada rincón de las calles.
Los personajes son grandes conocidos para quien haya leído la primera entrega de la serie de Los crímenes de Mitford. En esta ocasión, quien destaca es Pamela, una joven radiante, segura y con mucha ilusión de vivir. No obstante, su hermana mayor Nancy, vuelve aporta el toque de locura y chispa a la novela. Ambas hermanas que junto a sus amistades, van de fiesta en fiesta disfrutando al máximo y mostrando pinceladas de cómo se vivía en la época. Aunque el personaje que vuelve a destacar es el de Louisa, que se ve envuelta en una maraña de sucesos para buscar todas las respuestas a sus cientos de preguntas. Ella solo busca la verdad.
Un cadáver con clase presenta una buena base para despertar la curiosidad del lector: una víctima y un asesino. Vuelve a destacar el exquisito y elegante desarrollo de la novela y la genial descripción del ambiente y la alta sociedad de la época como los suburbios. El ritmo es lento lo que puede dar momento aburridos, aunque que se perdona por la inquietud que se crea al comienzo de la historia y que despierta un fuerte interés en querer saber toda la verdad, pero sobre todo por la riqueza de sus personajes.

Conclusión: Un cadáver con clase es la segunda entrega de Los crímenes de Mitford, se puede leer independiente, pero si se quiere saber la evolución de los personajes es mejor leerse el primero, así se crea un vínculo fuerte con ellos. Es una combinación correcta entre un nuevo misterio que resolver con la evolución de los personajes; en especial Louisa y Guy. Si se busca un libro tipo Agatha Christie este sería una buena elección.
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Se trata de el segundo libro de una serie. Mientras que en la primrra novela el caso fue de Nancy, en esta ocasión la trama va a girar en torno a Pamela, ya que durante el festejo de su cumplealos aparece asesinado Adrian Curtis, y la doncella de este, Dulcie, es acusada de su asesinato.
Paralemante, la niñera de Pamela y sus hermanos, Louisa, cree en la inocencia de Dulcie y se pone a investigar junto con su amigo el sargento Sullivan, estando este a su vez inmerso en un caso para atrapar a la conocida Alice Diamond y sus 40 ladronas.
La autora nos vuelve a sorprender con su magnífica pluma y la aparición de personajes que reales, como Alice Diamond. Además la ambientación de la época en la que se desarrolla la novela es absolutamente increíble. La autora representa de una manera muy veraz la sociedad londinense de la época y la diferencia entre las distintas clases sociales.
Al principio la lectura se me hizo un poco lenta pero sin duda ha ido mejorando a lo largo de los capítulos y he de decir que he estado muy sorprendida y muy intrigada por cómo se iba a desarrollar la historia relacionada con el asesinato de Adrián Curtis y por otro lado aquella relacionada con la captura de Alice Diamond.
Para concluir diré que es un libro que me ha gustado mucho y que he disfrutado un montón y os recomiendo leer antes desde la primera parte ya que aunque se pueden leer de manera independiente en esta novela se aprecian la evolución de personajes como Louisa o el sargento Sullivan.

Le voy a dar un 4 de 5 puesto que como os he comentado al principio la lectura se me hizo un poco pesada pero ha mejorado notablemente y por eso la puntuación que le doy y os ánimo a los amantes de las historias de crímenes, de ficción en que el autor incluye personajes reales o situaciones que sucedieron realmente a disfrutar de esta maravillosa novela.