Olvidarse de los libros es olvidarse de la historia, de la experiencia de otros, de la evolución del pensamiento, de la reivindicación de nuestro yo, de formarnos ideas propias sin injerencias, de protegernos de las manipulaciones. Olvidarse de los libros es olvidarse de nuestra libertad. Y es que no hay mayor esclavitud que la ignorancia.
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