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Crítica de laberintosdetinta


laberintosdetinta
14 March 2018
Patria podría ser fácilmente la novela española más exitosa del pasado año y sus numerosos premios (entre ellos, dos de los más prestigiosos que se pueden conseguir en España) parecen dar buena fe de ello.
Personalmente, creo que hay tres claves para que esta novela haya triunfado tanto, para que haya sido tan leída y apreciada por lectores de muy diferente tipo: la innovación formal y su experimentación narrativa, su temática y su multiperspectivismo. En forma y contenido es una novela muy completa, nada descuidada y tremendamente conmovedora, en el sentido de que te mueve interiormente, no es estática.
Creo que lo que más puede sorprender cuando uno empieza a sumergirse en esta novela es su sistema narrativo, no porque sea excesivamente complejo, pero sí por lo bien tejido que está, por cómo las diferentes voces narrativas se amalgaman y le dan una voz única a la novela. En primer lugar, tendríamos un narrador externo en 3ª persona, un narrador clásico, pero esa voz narrativa se ve interrumpida constantemente y sin ningún tipo de reparo por una 1ª persona, correspondiente al personaje en cuestión. de esta forma se crea una especie de superestructura narrativa en la que podemos decir que el propio texto tiene otra voz narrativa, ya que continuamente se hace preguntas, exige más del personaje, interviene en la acción, contribuye a avivar la narración, etc.
Esta particular forma narrativa, para mí un gran acierto, nos lleva al siguiente punto clave: el multiperspectivismo. En el texto hay nueve personajes principales, cada uno de ellos con sus propias ideologías, experiencias vitales, actitudes, caracteres… en fin, todos los rasgos que conforman la psicología, el mundo interior, del ser humano y todas esas diferentes formas de pensar están retratadas libremente en el texto, no hay censura, es pensamiento libre, más o menos acertado, ya que el autor pretende exponer el pensamiento y las acciones tal cual, sin juzgar, de eso se encarga el lector, no es una lectura guiada a una conclusión machacona que sea repetida constantemente, aunque es obvio el mensaje del autor. Siempre me he declarado apasionada de esta técnica, me parece de las mejores para dejar fluir la novela por sí misma sin la intervención de un narrador moralizante, ella misma se costruye y te lleva a ti, lector, de la mano al mismo tiempo y en esta novela en especial he disfrutado mucho, incluso cuando me encontraba con un personaje poco ético, el rechazo también me parece una emoción potente en el proceso de lectura (no rechazo en sí por la obra o por algo que consideres mal hecho en esta, obvio, sino un rechazo más visceral que viene dado por unas acciones que deben provocar eso mismo para calar en el lector). Sin juicios tajantes ni divisiones dicotómicas.
En este sentido me ha recordado en su esencia a La colmena de Camilo José Cela por ese protagonista colectivo, donde no solo uno de ellos lleva el gran peso narrativo, sino que todos son relevantes para construir una trama tan sólida como la de esta novela y así crear una estampa global, con sus contradicciones, de la sociedad española en general y de la vasca en particular, de esa época, tal como Cela (salvando las distancias, recordemos que La colmena tiene más de trescientos personajes) crea una imagen muy vívida de la sociedad madrileña de los años cuarenta.
Aramburu cuenta en Patria en el taller que tenía especialmente fijadas en su mente las escenas del principio y del final de la novela y que a partir de estas fue incluyendo capítulos que devinieran en ese final que le rondaba por la cabeza: básicamente todo gira alrededor del asesinato del Txato por parte de ETA y las consecuencias que para dos familias esto conlleva. Y es en la introducción de estos capítulos intermedios entre el principio y el final (que serían claramente lineales) es donde el autor introduce muchos saltos cronológicos, normalmente teniendo como punto central la muerte del Txato y se pueden dividir en Antes del asesinato y Después del asesinato, pero no sigue un orden lineal, avanzamos y retrocedemos constantemente a partir de ese punto.
Por último, tendríamos el tema: el terrorismo de la banda armada ETA en España fue muy duro, sobre todo para quienes les tocó vivirlo de cerca, es un tema muy delicado aquí que levanta muchas polémicas, ya que tampoco hace tanto tiempo que dejaron las armas (2011 como fecha oficial). Es un tema complicado de narrar (sus causas, sus consecuencias, las medias verdades…), pero creo que Aramburu se ha defendido con mucha maestría; él mismo es vasco y ha tenido presente el terrorismo en su vida cotidiana, también lo cuenta en el librito antes mencionado. A pesar de todo ello y de ser un tema muy personal ligado intrínsecamente con la historia de España también tiene unos valores muy universales: el dolor ante la pérdida, la rabia, la venganza, el orgullo, el perdón, la capacidad de redención, las lealtades… y de ahí que sea capaz de llegar a tanta gente. Como decía al principio, es un libro que te mueve, te hace sentir muchas cosas diferentes.
En conclusión, creo que Patria es un libro imprescindible para la literatura contemporánea, sobre todo en España, que trata unos temas complejos y delicados sin ser moralmente adoctrinante o dicotómico mediante una estructura y unas voces narrativas sumamente originales y efectivas.
*Agradecimientos a Tusques (Planeta) y a Babelio por el ejemplar.
Enlace: https://laberintosdetinta.bl..
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