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Quería tanto que me gustara esta novela y fue simplemente decepcionante. El libro es un poco lento para mí porque, en mi opinión, la historia real y la acción comienzan después de casi la mitad del libro. En el mundo de Montane, mucha gente común ha muerto a causa de la mancha, una enfermedad horrible causada por la tinta y los libros. Toda la palabra escrita ha sido prohibida y solo los Bardos pueden leer y escribir y también crean su propia magia. Los Bardos residen en High House y visitan rutinariamente los pequeños pueblos alrededor de Montane para recolectar diezmos. Shae es una adolescente voluntariosa que vive en las afueras del pequeño pueblo de Aster. Cinco años antes de que comience la historia, ha perdido a su hermano a causa de "la mancha" y su madre ha permanecido en silencio desde entonces. Shae tiene dos buenas amigas, Fiona y Mads, pero la gente del pueblo la rechaza debido a que su hermano contrajo la enfermedad en el pasado. Debido a una convergencia de eventos horribles, Shae viaja a High House para buscar ayuda y respuestas. Lo que encuentra allí es confuso e inesperado. Hay muchos obstáculos para Shae en su camino hacia la búsqueda de la verdad y realmente lo siento por ella y sus luchas. Y por Ravod, un chico misterioso y distante. Su relación con Shae me gustaba. Y Kennan también es un personaje bastante interesante. Este libro es el primer libro de una serie y termina con una especie de suspenso. Es un poco desigual y Shae no era mi personaje favorito. Algunos de los giros de la trama son predecibles y Shae corre hacia los problemas constantemente. Si otro personaje le dice que no haga algo, puedes estar seguro de que ignorará el consejo. Dicho todo esto, el mundo que Farrow construyó es interesante aunque no lo suficiente para seguir con esta historia.
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