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Si ya de por sí es complicado encontrar el tono adecuado a un microrrelato, con la exigencia que supone narrar el fascinante universo de una historia en apenas unas pocas frases, enfocarlo hacia el humor implica un salto al vacío. Puesto que no todo el mundo tiene la sensibilidad para encontrar la ironía, el sarcasmo o la simple comicidad de una situación grotesca y perturbada. Más aun cuando el terreno en el que te mueves está teñido de la profunda oscuridad de la muerte, instantes sagrados que son intocables para los que ya han perdido todo indicio del buen humor. Los microrrelatos contenidos en esta recopilación tratan de reírse de todas esas situaciones inquietantes que atesoramos los amantes del género. Nos invita a encontrar el resquicio cómico que se esconde tras aquellas situaciones que a todos nos acercan al final de la vida. al instante previo en el que te das cuenta de lo inevitable de tu destino. Ese tipo de acercamiento al humor requiere de la complicidad de los lectores que disfrutan de todo lo grotesco, del morro que ocasiona enfrentarse a la muerte y ser consciente de que no eres tú el destinatario. Pero, a pesar de que existe en la recopilación momentos inspirados que pueden generar en ti más de una carcajada, a pesar de la aparición de lugares comunes que seducen a todo amante del horror. A pesar de que, a lo largo de los más de cien microrrelatos, nos encontramos con certeros homenajes a grandes iconos del terror que nos llenan de emoción...el efecto de las historias se va diluyendo ante la irregular calidad de las mismas. Es cierto que este tipo de trabajos se disfruta más en dosis pequeñas. La lectura continuada de los pequeños relatos impiden la reflexión acerca de los mismos, las referencias, las ironías y todo aquello que genera un buen sabor de boca en el lector. No menos cierta es la idea de la subjetividad que supone enfrentarse ante los complejos mecanismos que se utilizan en el humor, tan poco universal ante lo radical de su propuesta. Pero es que a lo largo de sus cinco episodios, enfocados en caníbales, brujas, asesinos, exploradores de lo desconocido y, la sección más divertida, la propia muerte, nos encontramos con algunas pequeños relatos que deslucen el conjunto ante la indiferencia de su propuesta. Aun así, no abundan este tipo de propuestas, que tan buenos momentos nos han dejado a los amantes de la ironía y el terror. Un libro como este siempre te hace pasar un buen rato y eso es de agradecer. Más si, como nos indica el título, lo disfrutas a cuentagotas, siendo conscientes de que lo que tienes entre manos es tan divertido como tú lo quieras hacer. |
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