Una canción para deshacer el mundo

" Una canción para deshacer el mundo" , obra ganadora del premio Shirley Jackson a la mejor colección. Obra finalista en los Angeles Times Ray Bradbury Prize For Sciencie Fiction, fantasy y Speculative Fiction y en el Big Other Book Award For Fiction.
Obra nominada al World Fantasy Award.

Brian Evenson va fundiendo su arte capa sobre capa, dejándonos apenas atisbar el horror que se acerca y deja flotando en el aire esa terrible sensación de que hay más de lo que el ojo puede ver. Aquí reside su gran logro, evocar y advertir antes que mostrar. La forma de lo desconocido se la da el lector, y no hay nada más escalofriante que lo que puede surgir de una mente febril y desbocada... Infinitas posibilidades desgarradoras de la más abyecta ignominia. Seres con rostros que más que rostros son máscaras chupadas y consumidas surgiendo de la decrepitud vasta de la tumba abisal...

Podría decir sin miedo a equivocarme que es un maestro en convertir lo ordinario en algo depravado e inquietante. Sus historias revelan cómo ocultamos nuestra parte monstruosa incluso de nosotros mismos. El engaño es tan intrincado que podemos entretejer nuestra horrible realidad en nuestras caras exteriores, hasta que casi no se vean. En estos extraños cuentos vemos los increíbles poderes de la depravación humana. Sabe cómo mantener la tensión. Leer las historias es como arrastrarse por una casa oscura. Hay un posible movimiento en las sombras, una puerta que cruje, un leve susurro llamando tu nombre...

La cara de una niña sin rostro. ¿ Quién se lo quitó?... Un terapeuta lleva su preocupación por sus pacientes demasiado lejos, incluso uno de ellos cree verlo en la noche en su habitación cerrada... Una mansión supuestamente abandonada. Cuando un vagabundo ingrese, se topará con alguien inusual, que le narrará cierta historia inconcebible... Un padre busca consternado a su hija pequeña, pronto entenderemos que esconde una verdad terrible y oscura...

Le seguirá el cuento de dos hermanos, dos puertas y una certeza... Día de muertos, fecha especial para celebrarla, pero la familia protagonista podríamos decir que son algo singulares... Conoceremos a un director de cine dispuesto a hacer cualquier cosa para lograr el final perfecto... El comienzo de una relación tóxica, el miedo a no poder salir de esa situación, la exposición de pieles... Lo que queda de una torre en un mundo postapocalíptico, monstruos que nos traen el recuerdo del maestro Lovecraft... Leeremos el enigma del agujero que hay en un planeta desconocido... Extraordinario cuento de un hombre investigando la muerte de su amigo... Sabremos de un mago cuyo truco no sale cómo se esperaba, un relato repleto de misterio... Gafas haciéndote ver mundos que no deberían de existir...

Y más, más historias entre el terror, el surrealismo, la realidad, relatos poderosos, puñetazos para la psique.

Cuando estaba a punto de terminarlos, le escribí a mi buen amigo Rodrigo y decirle lo mucho que me estaban gustando. Él, amante de esta clase de lectura me dijo: ¿Son de las raras? Sí, le dije, de las raras, de las nuestras. Porque para Evenson la noción de mentirse a uno mismo funciona a un nivel superlativo, ceder a nuestros instintos y bajezas más básicos no está nada mal. Por el contrario, el fin justifica los medios. La retorcida mente humana no reconoce límites ni ataduras, y ningún sentimiento ni nobleza alguna quedará sin ser vorazmente desmantelada...

Su terror delicado y sutil es tan inteligente cuando nos damos cuenta de la forma en que lo construye y amalgama. Mucho más agradable que la sangre y los monstruos horribles es la lenta acumulación de pavor. Esto es lo que se queda con el lector, como una niebla que se aferra al transeúnte dejando tras de sí el olor húmedo de una tumba recién excavada. Evenson escribe así, y es un entretenimiento maravilloso y oscuro.

De lo mejor que llevo leído este año en relatos.