¡Que me detengan!

Esta novela está narrada en tercera persona algunos capitulos nos los cuentan desde la perspectiva de Vanessa y otros desde el punto de Miguel. consta de 31 capitulos y es muy fácil de leer aunque tengo que reconocer que el principio se me hizo un poco pesado y no terminaba de empatizar, pero por suerte eso cambió y lo he pasado muy bien con esta lectura.

Vanessa decide pasar sus vacaciones en San Juan de Alicante durante un mes en un piso que alquila, para así poder estar al lado de su mejor amiga. Su vecino es un escandaloso que cada noche se acuesta con una diferente y escucha absolutamente todo, las paredes son de papel. Una noche que sale de fiesta con sus amigas son atracadas, ahí conoce al guapo nacional Miguel. Cuando llega a su piso y vuelve a escuchar a su vecino en plena acción, en ese momento no puede resistirse y aporrea la pared. A partir de eso momento la guerra está servida, me he reído muchisimo con las situaciones que viven estos dos a golpe de pared, el problema viene cuando por fín se conocen y descubren quines son. ¿Enterrarán el hacha de guerra?

Vanessa está mal después de la ruptura con su ex, y solo quiere divertirse y no pensar en hombres pero Fede y Miguel no se lo pondrán nada fácil, uno es adorable y el otro es irresistible, yo tengo clarismo con quien me quedaba. ¡El irresistible obvio!

Miguel disfuta de la vida, es soltero y está buenismo así que simplemente disfruta cada noche con una chica diferente, pero Vanessa le hará replantearse si ella solo es un rollo más o el guapo policia quiere algo serio con su vecina que tiene un carácter de mil demonios y a la que no es tan fácil llegar.

La pluma de Mariah es fluida sin grandes florituras, sencilla, he disfrutado mucho de la historia de estos vecinos que me han sacado más de una carcajada.
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