—Eres diferente conmigo que con los demás. —Por el letrero que llevas de «cuidado, frágil». —No soy frágil. —Eres tan frágil que te has empaquetado a ti misma para no romperte. —Me gusta mi zona de confort. —En la zona de confort no ocurre nada. —De eso se trata: lo controlas todo y es predecible y… seguro. Hay un largo silencio. Entonces, Saint dice: —Cuando salgas de la caja, te estaré esperando. |